2 REÍR, REÍR Y REÍR JUNTOS
ES UN BUEN ANTECEDENTE
No imaginas lo importante que es el hecho de que rías con tus hijos, asegura Sáinz. Esto, además, te ayudará a acrecentar la confianza entre ambos, lo que será un antecedente para que tu hijo sepa que no sólo puede divertirse en el parque, con el Play Station o con los amigos, él sabrá que también puede divertirse con su mamá.
3 ESCÚCHALES ANTES
DE ENOJARTE
Durante la adolescencia puede que tus hijos te traigan algunos problemillas, pero ahí está el gran reto de ser una mamá buena onda. Es importante que sepas escuchar las cosas que te cuentan, así no sean temas relevantes.
Si traen algún conflicto a casa, escúchales antes de echar un grito al cielo, porque puede que sus argumentos te expliquen qué hay detrás de su mal comportamiento. Además, qué mejor que te cuenten sus problemas o los problemas de algún “amigo”. “En la adolescencia, los hijos prefieren utilizar un tercero para preguntar o contar algo”, dice Sáinz.
Interésate por sus gustos musicales, la ropa que está de moda, los peinados que pueden quedarle o por las cosas que realmente sean del interés de tus retoños.
4 PROMESA O TRATO...
SE CUMPLE LO QUE SE DICE
Si uno de los chicos no cumple con alguna norma establecida en la casa, actúa con la misma seguridad con que ríes y juegas con ellos. Pero recuerda escuchar sus argumentos antes de llamarle la atención o castigarlo. Además, las mamás buena onda cumplen con todo lo que dice, desde comprar la pizza de los viernes hasta quitarles una semana de televisión cuando traen aplazos.
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