Es una buena idea que se aprovisione con algunos artículos de primera necesidad, como son agua y alimentos, para varios días. Asegúrese también de tener suficiente dosis de su medicina regular a la mano, y de tener una lista con los números de teléfono de miembros de la familia, amigos, vecinos y su médico.
La mayoría de las veces, el tratamiento en casa y cuidado personal pueden aliviar mucho de los síntomas y reducir el riesgo de problemas más adelante. Si usted contrae la “flu”, las maneras para monitorear y mejorar su salud en casa incluyen:
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Quedarse en casa si se encuentra enfermo. Esto le asegurará que usted obtenga el descanso que necesite y que no contagie a otros.
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Beber muchos líquidos. Se incluye el agua, jugo natural de frutas, leche y té herbal. Lo mejor es beber líquidos sin cafeína porque, en la actualidad, la cafeína hace perder líquidos del cuerpo.
Usar una bolsa de agua caliente o una almohadilla térmica o eléctrica. Aplique con cuidado el calor, por periodos cortos de tiempo, para ayudar a reducir el dolor muscular. Cheque su piel a menudo porque el uso de una almohadilla térmica o eléctrica puede causar quemaduras o ampollas.
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Tomar medicinas contra la tos. Esto ayudará especialmente si tiene una tos seca.
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Descansar mucho.
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Tomar un baño caliente con sales de Epsom.
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Hacer gárgaras con un vaso de agua tibia y/o chupar un caramelo duro sin azúcar o pastillas para la garganta. Así puede aliviar su dolor de garganta.
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Usar gotas salinas, o un espray o descongestionantes. Así puede ayudar a aliviar o despejar la nariz tapada.
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Evitar el consumo de alcohol y tabaco. Fumar irrita especialmente las vías respiratorias dañadas.
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Evitar compartir cualquier cosa que puede tener gérmenes como son las toallas, el lápiz labial, los cigarrillos, las bebidas o los juguetes.
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Lavarse las manos a menudo. Use jabón y agua tibia por 20 segundos cada vez, o los líquidos para manos a base de alcohol si sus manos no se ven sucias. Ello ayudará a evitar que propague la “flu” a otros.
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Pedir consejo al farmacéutivo, si compra medicina sin receta médica. Hágale saber si sufre de problemas médicos crónicos.
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Llamar a alguien para que lo ayude hasta que se sienta mejor. Esto es especialmente importante si usted se encuentra solo, es padre o madre solo o tiene bajo sus cuidados a una persona que es débil o minusválida.
Para la “flu” de temporada, las personas saludables se empiezan a sentir mejor a partir de los cinco o siete días. Sin embargo, el cansancio general y la tos pueden durar mucho más, de dos a tres semanas. Para la “flu” pandémica no se sabe cuánto tomará el empezar a sentirse mejor o no.
¿Cuándo debo consultar con un médico?
Si usted no empieza a mejorar a los pocos días o si sus síntomas empeoran,Siempre llame a su médico y hágale saber sobre sus síntomas antes de pasar por el consultorio, para que no infecte a otras personas en la oficina.
También, llame a su médico inmediatamente si usted cae enfermo y sufre de una enfermedad cardiaca o pulmonar, si tiene otras condiciones crónicas de salud que requieran de atención médica regular, si usted es un anciano o es débil, o si sufre una enfermedad o sigue tratamientos que afectan su sistema inmune.
Su doctor puede recetarle medicinas antivirales si él o ella lo creen necesario. Los antibióticos pueden ser necesarios para tratar una infección secundaria como la neumonía bacteriana.
Si se han establecido clínicas especiales para personas con la “flu” o con síntomas parecidos a la “flu”, su consultorio médico puede solicitarle que vaya ahí en lugar de a la oficina.
En niños, busque los cuidados médicos inmediatamente si nota uno de los siguientes:
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Respiración rápida o labiorosa;
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Labios o piel azulina o oscura;
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Somnolencia al punto que no pueda mantener despierto a su niño;
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Mal genio severo, al punto que no quiera que lo sostengan en brazos;
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No bebe suficientes fluidos y/o no va al baño (orinar) de manera regular (cada 6 horas cuando está despierto); o,
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Los síntomas mejoran y de pronto empeoran.
En los adultos, busque cuidados médicos inmediatamente si presenta uno de los siguientes:
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Dificultad en respirar o falta de aire;
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Dolor o presión en el pecho o el estómago;
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Confusión o desorientación;
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Tose esputo con sangre;
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Vómitos severos o vómitos que no se van; o,
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Los síntomas mejoran y de pronto empeoran.
fuente: british columbia
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