viernes, 27 de febrero de 2009

¿Cómo y cuándo hablar con su hijo sobre el sexo?



Hablar de sexo con alguien, y mucho más a su hijo, puede que le cueste!!!
Es posible que se sienta incómodo, avergonzado, o preocupado por darle a su hijo demasiada información, y demasiado pronto.

No permita que por éstas preocupaciones deje de darle a su hijo una buena educación sobre los hechos de la vida. Es muy importante que usted hable con su hijo sobre el sexo por muchas razones. Por ejemplo:

Su hijo escuchará las historias sobre sexo en el campo de juegos, en las películas, programas de televisión y en los medios de comunicación, esta información puede no ser exacta. Usted necesidad educarlos a ellos de forma que conozcan los hechos.

Ser consciente de sus cuerpos y el sexo desde una edad temprana significará que su hijo comprenda lo correcto de lo erróneo, y será capaz de identificar si un adulto se comporta de manera inadecuada o los toca.

Hablar abiertamente sobre el sexo le permita que su niño saber que pueden venir a usted si tienen alguna inquietud.

Debe debatir cuestiones tales como el embarazo y las infecciones de transmisión sexual a los niños más mayores, ellos sabrán tomar precauciones y cuidar de sí mismos.

El conocimiento de los hechos y cuestiones hará que su hijo tenga menos probabilidades de experimentar antes de que estén preparados. Darles la confianza a conocer su propia mente cuando se trata de sexo.

Hable con su hijo sobre el sexo y desde una edad temprana. Ésto hará que sea menos incómodo para usted y su hijo. La pubertad puede ser una época de temores para un niño, de manera que se debe explicar lo que le está sucediendo a su cuerpo y por qué.

En general, la educación sexual debe ser una progresión gradual desde una edad temprana. Pregunte si en la escuela de su hijo se les enseña y como usted puede participar.

No se limite a hablar de sexo en el sentido físico, asegúrese de hablar con su niño acerca de los aspectos emocionales de hacer el amor. Explique que el sexo es extraordinario, que ocurre entre las parejas que se aman unos a otros y están preparados para ello.

Hable con su hijo sobre la importancia de esperar hasta que encuentren la persona adecuada.

Aquí tiene algunos consejos para hablar con su hijo sobre el sexo:

-Asegúrese de que sabe lo que está hablando! Consiga toda la información antes de hacercelo saber al niño. Hay una gran cantidad de libros y de recursos disponibles.

-Es posible que tenga que escribir exactamente lo que quiere decirle a su hijo de antemano. Luego puede practicar, y evitar diciéndole demasiado, o demasiado pronto.

-Tratar de ser lo más natural y relajado como sea posible, si quiere que se sienta cómodo en el abordaje que usted va hacer, hágale preguntas.

-Podría ser una buena idea tomar un ejemplo, si sabe de alguien su hijo que está embarazada, o que ven una pareja besarse en un programa de televisión, luego puede usarlo como punto de partida.

-Elige una hora en la que normalmente pasan tiempo juntos, por ejemplo en el coche, después de las comidas, o cuando un programa de televisión ha terminado. Ésto hará que la conversación sea más natural.

-Sea lo más honesto que pueda.

-Utilice libros o folletos para verlos juntos.
Prepárese las preguntas difíciles. Los niños son curiosos! Si le piden a usted algo que no ha preparado y no sabe qué decir, puede decir algo como "No estoy seguro, vamos a hablar de eso más tarde". Si la pregunta es razonable, asegúrese de responder.

-Pregúntele a su niño por su opinión. Ésto hace que se sientan valorados, y que se involucre más en la conversación, en lugar de simplemente hablar de ello.

-Asegúrese de decirle a su hijo que si se está preocupado por alguna razón, o tiene alguna pregunta, pueden venir a usted. Ser accesibles y honesto en todo momento.

No deje que el sexo se convierta en un tema tabú, un niño puede crecer creyendo que el sexo es malo, cuando en realidad es parte de una relación sana entre dos personas que se aman.

Los niños con discapacidades de aprendizaje



Los padres a menudo se preocupan cuando su niño tiene problemas de aprendizaje en la escuela. Hay muchas razones para el fracaso escolar, pero con una misma es una discapacidad específica del aprendizaje.

Los niños con discapacidades de aprendizaje suelen tener un rango normal de la inteligencia. Tratan muy difícil de seguir instrucciones, concentrarse, y "ser bueno" en casa y en la escuela. Sin embargo, a pesar de éste esfuerzo, él o ella no tiene dominio de las tareas escolares. La discapacidades de aprendizaje afectan a por lo menos 1 de cada 10 niños en edad escolar.

Se cree que las discapacidades de aprendizaje son causados por una dificultad con el sistema nervioso que afecta a la recepción, procesamiento, o comunicar información. También pueden heredarse de la familia. Algunos niños con discapacidades de aprendizaje son también hiperactivos, no puede sentarse aún, se distrae fácilmente, y tienen un corto espacio de atención.

En niños y adolescentes los psiquiatras señalan que las discapacidades de aprendizaje son tratables. Si no se detecta y se trata temprano, sin embargo, puede tener un trágico final. Por ejemplo, un niño que no aprende en la escuela primaria no puede entender la física en la escuela secundaria. El niño, en un intento muy difícil de aprender, se siente cada vez más frustrados, y desarrolla problemas emocionales, como baja autoestima, por sus repetidos fracasos.

Algunos niños con discapacidades de aprendizaje en la escuela se portan mal porque prefiere ser visto como "malo" que como "estúpido".


Los padres deben ser conscientes de las señales más frecuentes de discapacidades de aprendizaje, cuando un niño:

*Tiene dificultades para entender y seguir instrucciones.

*Tiene dificultad para recordar lo que alguien le dijo.

*No puede dominar la lectura, ortografía, escritura y/o habilidades matemáticas, y, por tanto, tiene dificultades para distinguir la derecha, de izquierda a derecha; dificultades para identificar palabras o una tendencia a invertir letras, palabras o números, (por ejemplo, confundir 25 con 52, "b" por "d" o "a" con "no").

*Carece de coordinación para caminar, para las actividades deportivas, o pequeñas actividades, como coger un lápiz, o atar un cordón.

*Pierde fácilmente o las tareas, libros de texto, u otros artículos.

*No puede entender el concepto de tiempo; se confunde con "el día de ayer, hoy, mañana".

Tales problemas merecen una evaluación completa de un experto que pueda evaluar todas las diferentes cuestiones que afectan al niño. El psiquiatra puede ayudar a coordinar la evaluación, y trabajar con la escuela y otros profesionales que llevan la evaluación educativa, y hacer pruebas para aclarar si la discapacidad de aprendizaje existe. Ésto incluye hablar con el niño y la familia, evaluar su situación, examinar las pruebas educativas y consultar con la escuela.

El psiquiatra a continuación, formulará recomendaciones sobre un centro apropiado para el niño, según su necesidad de ayuda especial, como los servicios de educación especial o del habla-lenguaje y orientar a los padres de como ayudar a sus hijos a maximizar su potencial de aprendizaje.

A veces, se recomienda psicoterapias individuales o familiares. La medicación puede ser prescrito para la hiperactividad. Es importante fortalecer en el niño la confianza en sí mismo, tan vital para un desarrollo saludable, y también ayudar a los padres y otros miembros de la familia a comprender mejor y hacer frente a las realidades de vivir con un niño con discapacidades de aprendizaje.

miércoles, 25 de febrero de 2009

El porque a los niños les gusta la comida chatarra



Más de 9 millones de niños, niñas y adolescentes entre 6 y 19 años de edad son considerados obesos o con sobrepeso.

Eso es casi cuatro veces el número de hace 40 años. La mayoría de los expertos dicen que este aumento se debe a los hábitos alimenticios poco saludables y al estilo de vida inactiva que tienen la gran mayoría de los niños, o una combinación de los dos. Muchos padres carecen de tiempo para preparar comidas saludables y muy pocos restaurantes y de comida rápida ofrecen opciones de comida saludable. Se estima que el 43% de los adolescentes ven más de dos horas de televisión cada día. Sin embargo, para algunos de estos niños y adolescentes la causa principal del sobrepeso puede ser "en sus genes".

El año pasado, los científicos identificaron un vínculo entre la variante de un gen, llamado FTO, y la obesidad, pero no se sabe cómo funcionaba. La mayoría de los otros genes que afectan el pensamiento de peso corporal influyen en el apetito. Con el fin de averiguar si el gen FTO también tuvo que ver con el comportamiento de comer o si se trata de cómo el cuerpo quema calorías, Colin Palmer y sus colegas en la Universidad de Dundee en Escocia, realizaron estudios en niños entre las edades de 4 y 10. Los investigadores midieron la altura de los niños y las pruebas genéticas realizadas sobre muestras de saliva para determinar si habían cambios en el gen FTO. Casi dos tercios de los niños tenían al menos una copia de la variante de genes, aproximadamente la misma proporción se encuentra en último año de estudio, que incluyó la mayoría de los europeos blancos. Ese estudio encontró que aquellos con una copia de la variante del gen tenían un 30% mayor de riesgo de obesidad, y aquellos con dos copias tenían casi un 70% de más riesgo.

Los investigadores llevaron a cabo un examen más amplio 97 de los niños, teniendo un número de mediciones, incluida la grasa corporal y la tasa metabólica. Además, en tres diferentes ocasiones, los niños recibieron comidas en la escuela para evaluar su comportamiento alimenticio. Las comidas incluyen una variedad de opciones, tales como jamón, queso, papas fritas, chocolate, pasas, uvas, pepinos, zanahorias, rollos de pan, el agua y el zumo de naranja. Seguidamente descubrieron que los niños con la variación de genes no mostraron diferencias en las tasas metabólicas, niveles de actividad física o la cantidad de alimentos ingeridos. "La única cosa que podemos encontrar es el hecho de que eran mucho más ricas al comer alimentos", dijo Palmer. Las personas con el gen variante se comió un promedio de 100 calorías más que los sin ella, que se traducen en un extra libra de peso, aproximadamente cada 12 días.

Palmer observó que estos resultados apoyan la teoría de que hoy la obesidad infantil podría estar conectado a la amplia disponibilidad y bajo costo de la alta en calorías de alimentos ", que puede ser más atractivo para la gran proporción de la población que llevan esta variante genética." Pero, el doctor Rudolph Leibel, un investigador en obesidad de la Universidad de Columbia en Nueva York, dijo que el exceso puede ser impulsado más por la necesidad de calorías que una preferencia por los alimentos grasos. La grasa es sólo una buena manera de obtener las calorías adicionales. "hay más calorías en una Big Mac que en una manzana", dijo Leibel.

El dr Goutham Rao, director clínico de la gestión de peso y centro de wellness en el Hospital de Niños de Pittsburgh en la Universidad de Pittsburgh Medical Center, llamo a los nuevos descubrimientos "la esperanza" porque los investigadores no observaron una diferencia en el metabolismo. "La manera en que los genes influyen en la obesidad es a través de comportamiento, en lugar de metabolismo. Esto significa que esto es algo que usted puede trabajar. Y, la buena noticia es que muchos de los niños que tenían el gen no es por sobrepeso ", dijo.

El dr Rao resumió que la clave de este estudio es la prevención. "Si usted tiene un niño, si tiene sobrepeso o no, si tienen una predilección por la búsqueda de comida basura, tiene que intervenir. El control es lo más importante.

Palmer dice que estos resultados no significan que todas las personas con este gen comen demasiado y se convierte en obesos, que sólo podría tener una tendencia a comer más alimentos chatarra. "Es solo su elección. Este gen no hará que tenga sobrepeso si no que coma en exceso. "Y si usted lo tiene o no, dijo, el consejo sería el mismo: comer sano y hacer ejercicio".

martes, 24 de febrero de 2009

La ansiedad en los niños



La ansiedad es un trastorno mental y un problema de salud que pueden afectar negativamente a personas de todas las edades, incluidos los niños

Ésto es sorprendente, que mucha gente piensa que los niños no tienen nada de que preocuparse. Pero en realidad, los trastornos de ansiedad son el tipo más común de trastorno de salud mental en los niños, que afectan a tantos como al diez por ciento de los jóvenes.

Al llegar a ella, no importa qué tan invalidante o un trastorno mental puede estar en un adulto, es mil veces peor cuando se trata de un niño que sufre de lo mismo. Igual como perturba gravemente a un normal individuo su estilo de vida, el trastorno de ansiedad en los niños también pueden afectar negativamente a su capacidad de desarrollo. Ésto puede tener repercusiones muy graves sobre el resto de la vida del niño.

Éste es el motivo por el que es tan importante tratar con éxito todos los casos de trastorno de ansiedad en los niños tan pronto como sea posible. Si no se tiene exito en el tratamiento su hijo podría estar en peligro en el futuro.

Sin embargo, el trastorno de ansiedad en los niños es a menudo muy difícil de diagnosticar, en el sentido de que puede combinarse con un montón de otras condiciones, al mismo tiempo. A menudo les acompaña el trastorno obsesivo-compulsivo, así como el TDAH, depresión y muchos otras graves condiciones.

Los niños con trastorno de ansiedad generalizada (TAG) tienen recurrentes temores y preocupaciones que encuentran difícil de controlar. Pueden tener preocupaciones acerca de casi todo o nada, como la escuela, los deportes, están a tiempo, o incluso las catástrofes naturales. Pueden ser inquietos, irritables, tensos, cansados, y pueden tener dificultad para concentrarse o dormir. Los niños con TAG son normalmente deseosos de complacer a los demás y pueden ser superstisiosos.
Aunque el trastorno de ansiedad en los niños no está claramente entendido, hay muchas maneras de tratarla. El enfoque sin embargo, varía mucho con cada niño y las causas subyacentes y las características de su caso particular de trastorno de ansiedad.

Una de las recomendaciones, es utilizar la alimentación adecuada y la nutrición, combinados con el ejercicio físico. Si un niño está mal alimentado y en virtud de ejercerse, que pueden llegar a ser ansioso, distraído, e improductivo - por no mencionar insalubre. Es por ello que, aunque no la mayoría de los casos resuelve completamente el problema, una buena dieta debe ser parte de cualquier plan de tratamiento del trastorno de ansiedad en los niños. Éste enfoque en una dieta saludable puede ayudar a tratar el pánico y los trastornos de ansiedad en los adultos también!

Por supuesto, hay muchas otras cosas que son útiles en el tratamiento del trastorno de ansiedad en los niños. Por ejemplo, la terapia combinada con la medicación es el enfoque más clásico, y ha sido muy exitosa hasta el momento. El uso de medicación permite al niño rápidamente a su ansiedad bajo control y, a continuación, la terapia ayuda a abordar las causas subyacentes.
Otras formas de tratamientos adicionales para el trastorno de ansiedad en los niños incluye la meditación. Las hierbas y otros suplementos nutricionales también se utilizan. Lo principal es tratar varios enfoques hasta encontrar lo que funciona para su niño.

lunes, 23 de febrero de 2009

Trastorno bipolar en niños y adolescentes



El trastorno bipolar es un grave problema de salud mental que afecta entre 1% y 5% de los niños y adolescentes

El trastorno bipolar se clasifica como un trastorno del estado de ánimo, y puede incluir dos tipos de perturbaciones del estado de ánimo: depresión y manía (alegria, muy exagerada o estado de ánimo irritable). El trastorno bipolar puede afectar todos los aspectos de un niño o adolescente, lo cual les causaba dificultades en el hogar, y en la escuela, llegando a tener problemas con sus compañeros de clase.

Es importante buscar una evaluación profesional, en el caso de que se observe este problema. Si estos síntomas están causando problemas en el niño o joven, y no son tratados debidamente, puede dar lugar a sufrimientos innecesarios. Es importante saber reconocer los dos tipos de perturbaciones del estado de ánimo (manía y depresión), que pueden ocurrir en el trastorno bipolar.

La depresión, a menudo caracterizada por un estado de ánimo triste o irritable, se presenta con algunos o todos de los siguientes síntomas:

-Pérdida de interés o placer en las cosas que normalmente disfrutan

-Aumento o disminución en el apetito o el peso

-Dificultad para dormir, o duerme mucho más de lo habitual

-Se siente cansado o agotado fácilmente

-Movimientos corporales ralentizados, o puede también sentirse agitado (no puede quedarse quieto)

-Sentirse sin valor o culpables

-Dificultad para pensar o concentrarse, dificultad para tomar decisiones

-Pensar en la muerte, el suicidio, o desear que nunca haya nacido

En el trastorno bipolar la manía anormalmente exagerada o un estado de ánimo muy alegre (super feliz, tonto, riendo de cosas que nadie más encuentra gracioso) o un estado de ánimo intensamente irritable. La manía puede incluir algunos o todos estos síntomas:

-Demasiada autoestima o creencia de que uno es mejor que los demás o tiene poderes especiales

-Necesidad de dormir mucho más de lo habitual para sentirse descansado

-Hablar más o más rápido que lo habitual

-Salto de una idea a otra, o tener pensamientos más rápidos que lo habitual

-Distracción

-Participar más de lo habitual en la vida social, el trabajo, la escuela, o actividades sexuales

-Participar más en actividades placenteras que tienen un alto riesgo de consecuencias negativas, peligrosas o de riesgo

Los síntomas de la depresión y la manía pueden ir hacia adelante y hacia atrás, o incluso se producen al mismo tiempo. Las alteraciones de ánimo también pueden desaparecer durante un período de tiempo, y luego regresar. Es común ver los problemas de estado de ánimo en estos cortos períodos, que pueden durar unos pocos días o menos, o "ciclo" de hasta varias veces al día.

Si sólo la depresión (y no la manía) ha estado presente en el niño o adolescente, él no puede tener un trastorno bipolar. Sin embargo, la depresión por sí misma es también un grave problema de salud mental que puede causar dolor y sufrimiento. Por lo tanto, cualquiera de los problemas de estado de ánimo debe ser evaluado por un profesional de la salud mental.

Evidentemente, los trastornos bipolares causan sufrimiento a un niño o adolescente afectado, consiguiendo problemas en el camino de sus relaciones con familiares y amigos y, a menudo, causando dificultades en la escuela. Los niños con estos trastornos comúnmente sufren de otros problemas de salud mental, como déficit de atención (Hiperactividad). Los padres sufren demasiado, a menudo se sienten culpables de que su hijo tenga esta enfermedad, así como también se sienten frustrados por su incapacidad para "hacerlo mejor". Los hermanos pueden sentirse celosos u olvidados, cuando el niño afectado parece tener toda la atención. El trastorno bipolar esta muy firmemente (aunque no completamente) vinculado a la genética, por lo que otros miembros de la familia pueden experimentar problemas similares de humor.

¿Qué tipos de tratamientos se utilizan?

Casi todos los niños con trastorno bipolar deben tomar medicamentos para ayudar a estabilizar sus estados de ánimo. Los medicamentos no curan las enfermedades - que les ayuda a reducir los síntomas. A menudo, más de un medicamento tiene que ser tratado antes de que los síntomas se estabilizan. Muchas veces, la combinación de dos o más medicamentos funciona mejor, si una medicación por sí sola no produce una respuesta satisfactoria.

Muchos de los medicamentos utilizados para tratar el trastorno bipolar pueden tener efectos secundarios no deseados. Ejemplos comunes incluyen el aumento de peso o somnolencia. Los padres pueden tener para ayudar a su hijo que tome las medidas necesarias (cambios en la dieta o el ejercicio, seguir un horario de sueño, etc) para hacer frente a estos efectos secundarios. Los padres no deben dudar en solicitar al médico las preguntas acerca de los medicamentos o efectos secundarios.

Los medicamentos generalmente son necesarias, pero no son el único tratamiento disponible. La psicoterapia a menudo es muy útil además de tratamiento con medicamentos. Un terapeuta o consejero puede ayudar a un niño o un adolescente aprender acerca de los trastornos bipolares, ayudarles a entender cómo hacer frente a los síntomas, la importancia de tomar la medicación, y la forma de trabajar activamente con otros miembros del equipo de tratamiento. La psicoterapia también puede ayudar a disminuir las posibilidades de recaída. Terapia familiar es útil también para ayudar a todos los miembros de la familia hacer frente a los disturbios y el sufrimiento causados por este grave problema de salud mental. Muchos niños y adolescentes con trastornos bipolares se deben recibir los servicios especiales en la escuela. Además, los padres de grupos de apoyo están disponibles en muchas comunidades y en la Internet.

El hijo único posee más cualidades que defectos



Siempre se ha dicho que el concepto de hijo único esta asociado con la extrema protección y la mala educación. Sin embargo hoy en día el panorama de esta situación esta cambiando. Las investigaciones llegan a asegurar que un niño que es hijo único posee más cualidades que defectos. Antes, el hijo único tenía fama de creerse el centro del universo, de ser egoísta, malcriado y rebelde. Hoy en día se ve el lado positivo de la situación. Se considera al hijo como una persona normal, independientemente de que sea único o no.

Según la psicóloga argentina Gabriela Ensinck, el hecho de ser hijo único no es un elemento que define por sí solo el futuro de un niño. Su evolución, como la de cualquier otro, depende de la educación que le den sus padres. El hijo único puede tener un desarrollo tan sano como el de un hijo con hermanos. Algunos problemas que experimentan los niños, como la dependencia de los padres, el consentimiento, la sobreprotección, introversión, etc, no son sólo características de los hijos únicos. Se deben, en la mayoría de las veces a la manera como los padres los educan.
Hoy entre el 20 y el 30% de las parejas tienen un solo hijo.

Son muchas las familias que deciden tener un solo hijo por diferentes razones. En primer lugar, el tener sólo un hijo le da a la madre más oportunidades para trabajar fuera de casa. En segundo, muchos padres no llegan a tener el número deseado de dos o tres hijos debido a una ruptura anticipada matrimonial. En tercer lugar, la infertilidad, impide el nacimiento de más niños. Y en China la situación es especial. El gobierno limita la población obligando a las familias a tener a sólo un niño.
¿Hay algo de positivo en tener sólo un hijo?
Por un lado, para las familias supone la mitad de preocupaciones y la mitad de gastos. Además es posible ocuparse mejor del hijo y darle más oportunidades y facilidades en la vida. Existen expertos que afirman que los hijos únicos poseen más capacidad para ser triunfadores en la vida. Consideran que el niño vive con una carga menor de ansiedad pues no tiene que disputar el espacio ni la atención de sus padres. Lo que a la vez en un inconveniente porque el niño no aprende a compartir.
Todo le pertenece.

El problema de crecer sin hermanos es que todas las expectativas y las exigencias familiares estarán puestas sobre él. Tal vez sea por eso que algunos estudios señalan que un hijo único crece con ideas de vencedor, debido a que sus padres proyectan en él sus propias ilusiones y siempre le exigen dar lo mejor de sí mismo. El hijo único es el que sufrirá los miedos y equivocaciones de sus padres. No tendrá con quien compartirlas. Y además, pueden que se aburran un poco más que lo normal. Pero nada es tan definitivo. Tanto los hijos únicos como los que tienen hermanos pasan por las mismas situaciones.

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domingo, 22 de febrero de 2009

RELACION DE ABUELOS Y NIETOS



El nacimiento de un bebe transforma completamente el día a día de un hogar. A los compromisos y responsabilidades ya existentes, se suman otras muy distintas: la de educar al pequeño de la casa, y acompañar su desarrollo y crecimiento. Los placeres de tener un bebé son muchos, pero no se puede ignorar que el trabajo aumenta. En muchas familias, conciliar trabajo, casa, e hijos, es una tarea que requiere mucha habilidad y, en muchos casos, algunos sacrificios. La llegada de un bebé no solo altera la vida de los padres, sino también la de muchos abuelos. Poder contar con ellos es un recurso muy valioso.

La presencia de los abuelos es un consuelo y un desahogo para muchas familias. Los cambios que provocan el nacimiento del bebé les afectan menos que a los padres, y sus obligaciones están en un plan secundario, dependientes del "mando" de los padres del bebé, y de la disponibilidad que tengan para compartir los cuidados, el afecto, y el tiempo del bebé con sus consuegros.

Relación de los abuelos con los nietos

Los abuelos pueden proporcionar una asistencia práctica, apoyo, y una cadena de consejos útiles para cuidar al bebé. El encuentro de los abuelos con sus nietos es siempre muy enriquecedor para ambos lados. A muchos niños les encantan estar con sus abuelos por diferentes y variadas razones. Algunos porque al lado de los abuelos no existen tantas órdenes ni obligaciones. Otros porque pueden hacen cosas distintas con ellos, como preparar galletas juntos, comer dulces, dar paseos, ir al parque, y realizar una infinidad de actividades que hacen con que ellos se sientan más libres. Algunos nietos ven a sus abuelos como un amigo, una especie de guí¬a, como divertidos, cariñosos, mimosos y que les gusta estar con ellos. Pero, claro, todo depende de la forma de ser de los abuelos. Hay también los que apenas envejecen y continúan tratando a los más pequeños de una manera muy autoritaria y demasiado exigente.

Pero, por lo general, los abuelos sienten mucho placer con sus nietos. Estar con ellos es también una forma de renovarse personalmente. Es tener más participación en la familia, y sentirse más jóvenes y actualizados. Se aprende mucho con los niños.

Relación de los abuelos con los padres de sus nietos

No siempre se puede decir que la relación de los abuelos con los padres de sus nietos sea la mejor posible. Infelizmente, pueden existir conflictos cuanto al tipo de educación que es aplicada al niño. Las generaciones son distintas y diferentes también son los criterios de educación. Los más jóvenes no pueden cambiar los razonamientos de los más mayores. Los abuelos no están más para educar. Ya han educado, bien o mal, a sus hijos. Los abuelos están para dar cariño, echar una mano de vez en cuando, y pasar un buen rato con sus nietos. Si los abuelos van a estar con los nietos, lo ideal es que haya un acuerdo entre las partes, para el bien del niño y de todos. Para eso, es necesario que entre los padres y los abuelos exista una relación tranquila, específica y verdadera, libre de celos, en la que reine el respeto a las exigencias y a los hábitos del otro.

viernes, 20 de febrero de 2009

MIEDO A LA OSCURIDAD



Sin cariño ni comprensión, los miedos a la oscuridad pueden convertirse en fobia.

El miedo es una reacción de protección del organismo para huir de las situaciones que entiendan como peligrosas. Uno de los miedos más vividos y sufridos por los niños, principalmente entre los 3 y 8 años de edad, es el de la oscuridad. No se conocen las causas, pero todo puede estar relacionado al conocimiento propio del desarrollo infantil. El miedo a la oscuridad puede nacer después de que el niño haya escuchado algún cuento, o que haya visto una película, o hojeado algún libro. Una imagen, una experiencia, o simplemente la imaginación, puede despertar el miedo a la oscuridad en los niños.

El miedo a la oscuridad normalmente aparece a la hora de dormir. Cuando un niño pide a sus padres a que no le apaguen la luz, puede estar queriendo alargar su día como puede estar con miedo de estar en la oscuridad.

¿Cómo se puede tener miedo a oscuridad?

En realidad se supone que los niños relacionen la oscuridad con sentirse solos y desamparados, o con alguna sospecha de que la oscuridad esconde a personas desconocidas o monstruos debajo de su cama, dentro de su armario o detrás de las cortinas de su habitación. Un simple ruido puede representar alguna amenaza, de algún fantasma o de otra criatura de su imaginación. Otro motivo que puede causar miedo a los niños es un cambio de casa. La nueva habitación puede despertar su imaginación para lo desconocido.

En muchos casos, la oscuridad representa el fin, el término de los bueno, cuando los padres se van, cuando ya no se puede leer ni jugar, ni hacer nada de divertido. En ese caso, no se trata de miedo y sí de inquietud por lo que ya no puede hacer, por la impotencia.

Qué hacer contra el miedo a la oscuridad

Cuando los padres identifican que el rechazo de su hijo está relacionado a este último caso, es decir, con el simple hecho de que no quiere estar solo, o no quiere estar en la cama porque lo que quiere es aún jugar y estar con sus padres, no existe otro remedio que ser firmes. “Es la hora de irse a la cama y punto”. Se le da un beso, se le desea buenas noches, y ya está. El niño acabará aprendiendo que sus excusas no funcionan, y se dormirá.

En el caso de que los padres valoren que las excusas de su hijo es por estar verdaderamente con miedo y muy asustado, no se debe menospreciar o burlar de la situación. En este caso, se debe charlar con el niño, demostrarle cariño, y comprensión. Se debe dar un poco más de atención a él. Leer o contar un cuento alegre y positivo, charlar sobre las experiencias del día, etc., puede resultar. Le ayudará a distraerse un poco hasta que el sueño llegue. Muchos padres suelen poner pequeñas luces en los enchufes, paredes, o en pequeñas lámparas, para que el niño no está en total oscuridad. Suele tener buenos resultados. Otra alternativa sería regalar al niño un muñeco o un peluche que le haga compañía, o que necesite de su cuidado, le ayudará a sentirse más arropado. Para que el niño se sienta más seguro, no cierre las puertas de las habitaciones o deje alguna luz, de un pasillo por ejemplo, encendida.

Expertos recomiendan juegos en la oscuridad contra el miedo

Algunos expertos en temas de sueños recomiendan a que, durante el día, se cierren las ventanas de la habitación e inventen juegos en la oscuridad. De esta forma se pretende que el niño se familiarice con la ausencia de luz, y disfrute de juegos como las sombras de los dedos en la pared, a encontrar cosas, a adivinar lo que se estar tocando, etc. Inventar secretos para acabar con los monstruos también ayudan al niño a dominar el miedo del oscuro. Cuando se trata de miedos, todo es aceptable y recomendable.

Otra sugerencia sería tranquilizar al niño antes de que se vaya a la cama. Un cuento, una ducha, una canción o una música tranquila pueden ayudar a que relaje. A los pequeños les encantan el masaje también. Nada más favorable y relajante.

Solamente en los casos más graves, cuando el miedo ya impide a que el niño duerma las horas necesarias para su bienestar, o que no funcionen ninguna de las alternativas mencionadas, es que sea recomendable la ayuda y la orientación de un psicólogo.

jueves, 19 de febrero de 2009

Cuando el niño se orina en la cama



Mojar la cama no es raro, de hecho, se estima que 500.000 niños de edades comprendidas entre 5 y 16 años en el Reino Unido sufren de enuresis nocturna.

El término médico para orinarse en la cama es "enuresis nocturna" y si un niño empieza a mojar la cama después de un largo período de sequedad, ésto se denomina enuresis secundaria, mientras que la evaluación y el tratamiento son las mismas para ambos.

¿Por qué algunos niños se orinan en la cama y otros no?

No hay una razón específica por la que se produce, puede ser que un antiguo miembro de la familia mojaba la cama, y el niño simplemente lo ha heredado, o el niño puede comenzar a mojar la cama en tiempos de preocupación o por el estrés.

Las causas de la enuresis nocturna pueden ser por lo siguiente:

La falta de la hormona natural vasopresina (AVP). Ésta hormona se libera durante el sueño y reduce la cantidad de orina producida durante la noche. Ésta hormona se traduce en la producción durante el día de cantidades de orina, simplemente que causa la vejiga para llenar con rapidez y se desborde. No hay pruebas disponibles para confirmar que la falta de la vasopresina ha causado la enuresis nocturna, pero hay algunos signos que apuntan hacia éste, incluyendo la enuresis poco después de dormir, grandes charcos constantes en la cama y la debilidad de la concentración de orina en las mañanas.

Actividad elevada de vejiga que afecta alrededor del 30% de los niños que se orinan en la cama. Es causada ya que la pared de la vejiga se contrae antes de que ésta se llene llegando a vaciarse. Los síntomas incluyen la necesidad de usar el baño con urgencia y con frecuencia durante el día, las pequeñas manchas húmedas en la ropa durante el día, una pequeña capacidad vesical y despertarse inmediatamente después de orinarse durante la noche.

Muchos niños que se orinan en la cama no despiertan a la señal de que la vejiga está llena, por lo que el vaciado es inminente. El factor crucial en éste caso no es cuán profundamente el niño duerme, sino la facilidad con que pueden despertar del sueño.

¿Qué tratamientos hay disponibles?

Los sistemas de alarmas para evitar el orinarse en la cama pueden ser utilizados a partir de la edad de cinco, pero es importante para garantizar que el niño está motivado y es capaz de manejar la alarma, y si éste es capaz de despertarse solo. A veces es mejor esperar hasta que el niño sea un poco mayor y poder hacer frente a la naturaleza de la alarma. La alarma perturba la mayoría de las noches de sueño, tanto para el padre como para el niño, hasta que gracias a la rutina lo asimilen y el niño llegue a conseguir buenos resultados.

Muchas familias encuentran que las terapias complementarias ofrecen una perspectiva alternativa sobre el problema de la enuresis nocturna. No ha habido ninguna investigación concluyente que indique la validez de terapia como una cura para orinarse en la cama, pero hay un gran número de resultados positivos.

miércoles, 18 de febrero de 2009

¿Cómo puedo ser un buen padre o madre?



No existe una sola forma correcta de criar niños. Y tampoco existe el padre o el hijo perfecto. Pero aquí hay algunas pautas para ayudar a que sus niños crezcan sanos y felices.

• Demuéstreles su amor. Cada día dígales a sus niños: "Te quiero. Eres especial para mí". Deles muchos abrazos y besos.

• Escuche cuando sus niños hablan. Escuchar a los niños les demuestra que usted piensa que ellos son importantes y que usted está interesado en lo que ellos tienen para decir.

• Haga que sus niños se sientan seguros. Consuélelos cuando están asustados. Demuéstreles que usted ha tomado pasos para protegerlos.

• Proporcione orden en sus vidas. Mantenga un horario regular para comidas, siestas y para la hora de dormir. Si tiene que cambiar el horario, dígales con anterioridad que va a haber cambios.

• Elogie a sus niños. Cuando sus niños aprenden algo nuevo o se comportan bien, dígales que está orgulloso u orgullosa de ellos.

• Critique el comportamiento no el niño. Cuando su niño cometa un error no le diga "fuiste malo". En cambio, explíquele al niño lo que hizo mal. Por ejemplo dígale: "Cruzar la calle corriendo y sin mirar no es seguro". Luego dígale al niño lo que debe hacer en vez de eso: "Primero mira a ambos lados para ver si vienen carros".

• Sea consistente. Sus reglas no tienen que ser iguales a las que otros padres tienen, pero tienen que ser claras y consistentes. Consistentes quiere decir que las reglas son iguales todo el tiempo. Si dos padres están criando a un niño ambos necesitan usar las mismas reglas. Además, asegúrese de que las niñeras y los parientes conocen y siguen las reglas de su familia.

• Pase tiempo con sus niños. Hagan cosas juntos tales como leer, caminar, jugar y limpiar la casa. Lo que los niños más desean es su atención. El mal comportamiento con frecuencia es su manera de llamar la atención.

martes, 17 de febrero de 2009

El ambiente familiar es el factor que más influye en la autoestima de los niños



Constantemente nuestra autoestima se ve afectada por las experiencias y exigencias que recibimos del mundo exterior. La sociedad exige que nos uniformicemos y que sigamos pautas de comportamiento, de elecciones, iguales que las de la mayoría. Y si no cumplimos los requisitos exigidos, nuestra autoestima, aunque positiva, puede verse abalada. Por esta razón, la construcción de una autoestima positiva debe ser sólida en todos los momentos de la vida de un niño. Solamente así, él no se sentirá inferior por si lleva un corte de pelo que le guste pero que no agrada a los demás.
Consecuencias de una baja autoestima.

Una baja autoestima puede desarrollar en los niños sentimientos como la angustia, el dolor, la indecisión, el desánimo, la pereza, la vergüenza, y otros malestares. En razón de eso, el mantenimiento de una autoestima positiva es una tarea fundamental a lo largo del crecimiento de los niños.

Dentro de cada uno de nosotros existen sentimientos ocultos que muchas veces no los percibimos. Los malos sentimientos, como el dolor, la tristeza, el rencor, y otros, si no son remediados, acaban por convertirse y ganar formas distintas. Estos sentimientos pueden llevar a una persona no solo a sufrir depresiones continuas, como también a tener complejo de culpabilidad, cambios repentinos del humor, crisis de ansiedad, de pánico, reacciones inexplicables, indecisiones, excesiva envidia, miedos, hipersensibilidad, pesimismo, impotencia, y otros malestares.

Falta de interés y valor propio

Una baja autoestima también puede llevar a una persona a sentirse desvalorada y, en razón de eso, a estar siempre comparándose con los demás, subrayando las virtudes y las capacidades de los demás. Los ven como seres superiores a ella. Siente que jamás llegará a rendir como ellos. Esta postura le puede llevar a no tener objetivos, a no ver sentido en nada, y a convencerse de que es incapaz de lograr cualquier cosa a que se proponga. Lo que le pasa es que no consigue comprender que todos somos distintos y únicos, y que nadie es perfecto. Que todos nos equivocamos y volvemos a empezar.

Es dentro del ambiente familiar, principal factor que influye en la autoestima, donde los niños van creciendo y formando su personalidad. Lo que su familia piensa de él, es de fundamental importancia. En razón de eso, es recomendable que a los padres no se les escapen los logros que conquistan sus hijos. Si el bebé empieza a caminar pero los mayores ven la situación como una obligación y no como una conquista del bebé, la criatura no se sentirá suficientemente estimulada para seguir esforzándose para conseguir otros logros, para superarse.

Lo importante en todo el proceso de crecimiento de nuestros hijos es que demos a ellos la posibilidad de ser, de sentirse bien con ellos mismos. Que nuestro esfuerzo esté vinculado al afecto, al cariño, a la observación, a valorar sus calidades y apoyarle cuando algo va mal. Y para eso es necesario conocerles cada día, favoreciendo los encuentros, las conversaciones, el contacto físico.

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lunes, 16 de febrero de 2009

Hable con sus hijos acerca de las drogas



Siéntase cómodo de hablar del tema de las drogas y por qué éstas son dañinas. Siempre que pueda, intente llevar las conversaciones con sus hijos al tema de las drogas y por qué éstas son dañinas.

Los expertos piensan que si usted puede inculcar estas ideas en las mentes de sus hijos antes de que ellos se vean en la necesidad de tomar decisiones difíciles, tendrán una mayor tendencia a evitar las drogas que a usarlas. Se ha comprobado que los adolescentes que han aprendido de sus padres acerca del riesgo con las drogas, son menos propensos a probar la marihuana que aquellos que nunca aprendieron de ellos.

No tenga miedo de hablar con sus hijos del tema de las drogas, esto no les induce malas ideas. Es lo mismo que si les hablara de como prevenir los peligros automovilísticos. Lo que usted está haciendo es simplemente advirtiéndoles de los posibles peligros que puedan enfrentar en su ambiente, para que estén propiamente informados y preparados.

Los jóvenes en los últimos años de la escuela primaria deben ser advertidos acerca de los peligros que representan los inhalantes. Existen algunas substancias de uso común en el hogar que algunos muchachos de esa edad tratarán de inhalar por curiosidad. Es importante que los padres de estos jóvenes adviertan a sus hijos que el sólo inhalar esas substancias por un instante puede provocar serios daños al cerebro y algunas veces hasta la muerte.

Los padres deben aprovechar las buenas conversaciones que tienen con sus hijos a diferentes edades para indicarles claramente que se oponen al uso de la marihuana. Ellos deben comunicar claramente a sus hijos que si éstos usan marihuana sus padres se sentirán defraudados. Los padres también podrían explicar a sus hijos durante estas conversaciones que el uso de la marihuana interfiere con la habilidad de concentración mental de los jóvenes, con la memoria, con las habilidades motoras, y que ésta interfiere con la motivación lo cual conduce a un pobre rendimiento escolar y lleva a los jóvenes a decepcionar a sus seres más queridos. Este mensaje puede ser comunicado por los padres en una forma muy amable. “Yo te quiero mucho y deseo lo mejor para ti, así que espero que no pruebes la marihuana”.

Cómo presentar el tema de las drogas

Si usted escucha de sus hijos algo que no le gusta, por ejemplo que uno de sus amigos fuma marihuana o tal vez él le confiesa que se tomó una cerveza en una fiesta, es muy importante que usted no reaccione en una forma que corte completamente la conversación. Si el adolescente se pone defensivo o le asegura a usted que no conoce a nadie que use drogas, pregúntele entonces por qué cree él que las personas usan drogas.

Platique acerca de que si vale la pena el arriesgarse al cambio de vida que las personas experimentan cuando usan drogas, y de que si tomaría ese riesgo. Aún sin tener en cuenta la adicción, la simple experimentación es un juego muy arriesgado. Una mala experiencia, como la de caminar bajo la influencia de las drogas, puede llevar a una persona a cruzar una calle muy transitada sin tomar precauciones, lo que podría cambiar o terminar la vida de la persona para siempre.

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sábado, 14 de febrero de 2009

Consejos para Padres Separados: Cómo Ayudar a sus Hijos con el Proceso de la Separación



Haga las Siguientes 10 Cosas para Ayudar a su Hijo

• Haga un plan que le permita a sus hijos ver y hablar con sus dos padres
• Mantenga contacto con sus hijos para que no se sientan olvidados
• Cerciórese de que sus niños saberlos tenga la ayuda de ambos padres
• No cancele los planes que haga con su hijo
• Haga un hogar para el hijo en la casa de cada padre con un lugar para sus
juguetes, ropa y otras cosas
• Hable con sus hijos regularmente por teléfono
• Tenga sus hijos preparados para las visitas del otro padre
• Este a tiempo para recibir a su hijo
• Mantenga la comunicación entre padres abierta

No Cometa los Errores Siguientes

• No llene la cabeza de su hijo con información negativa tocante el otro padre
• No trate de controlar el otro padre
• No use su hijo para comunicar mensajes negativos entre padres
• No use su hijo para enviar pagos
• No pelee o disluta enfrente de su hijo
• No diga cosas negativas del otro padre
• No le pregunte al hijo con quien quiere vivir
• No obligue que su hijo elige lados
• No utilize su hijo para dañar otro padre
• No se estancan en el pasado y reviven el dolor
• No comunican su enojo y dolor a través de los hijos
• No toman el tiempo para asegurar a sus hijos

Lo Que es Mejor para el Hijo

Cómo se sienten los hijos cuando se separan sus padres?
Cuando la familia pasa por cambios los hijos se preocupan. Los hijos pequeños se preocupan por si van a tener que comer, ropa y juguetes. Y se preocupan por saber quién los va a cuidar. Los hijos mas grandes se preocupan si van a poder terminar su escuela y mantener sus amigos. Muchos también se preocupan por sus padres. Se preocupan si el padre que ya no vive con ellos tendrá comida y cubierta. Se preocupan si el padre se siente solo. Se preocupan si el padre que esta con ellos podra cuidar de ellos estando solo o sola. Se preocupan por hacer lo posible para que este padre vuelva a ser feliz.

viernes, 13 de febrero de 2009

ENEMIGOS DE LA COMUNICACIÓN



Cuanto más estrecha sea la relación, más importancia tendrá la comunicación no verbal. Cuando un miembro de una familia llega a su casa puede percibir un mensaje de bienestar o tensión sin necesidad de mirar a la cara al resto de la familia. En ocasiones, la falta de verbalización (de hablar) supone una grave limitación a la comunicación. Muchas veces la prisa de los padres por recibir alguna información les impide conocer la opinión de sus hijos y, de igual forma, impide que sus hijos se den cuenta de la actitud abierta y predisposición a escuchar de los padres.

La situación anterior es especialmente importante en la adolescencia. Son múltiples las situaciones en que los padres sienten curiosidad por lo que hacen los hijos y estos, ante una situación de exigencia responden con evasivas.

Otro impedimento para la comunicación es la impaciencia de algunos padres para poder incidir educativamente en la conducta de sus hijos. Todo el proceso educativo pasa por la relación que establecen padres e hijos, y ésta se apoya en la comunicación; por eso es tan importante preservarla y mantener la alegría de disfrutarla. Para ello es suficiente que los padres no quieran llevar siempre la razón y convencerse que comunicarse no es enfrentarse.

La vida familiar cuenta también con unos enemigos claros para establecer conversaciones y la relación interpersonal. La televisión en la comida, los horarios que dificultan el encuentro relajado, los desplazamientos de fin de semana... Hay que luchar frente a estas situaciones y adoptar una actitud de resistencia provocando un clima que facilite la comunicación.

Estos enemigos sirven de obstáculo para comunicarnos. Los podemos resumir así:

Generalizaciones: ("Siempre estás pegando a tu hermana","nunca obedeces"). Seguro que en algún momento hace algo distinto de pegar a su hermana. Posiblemente, alguna vez, sí ha sabido obedecer.

Juzgar los mensajes que recibes: La madre, cuando el padre llega de la calle, dice: "Parece que hoy llegas más tarde". El padre replica: "¿Qué pasa?, ¿los demás días llego antes?. ¡Siempre estás pendiente de la hora a la que vengo!

No saber escuchar para comprender bien lo que quieren decir realmente.

Discutir sobre tu versión de algo que sucedió hace ya tiempo. ¿Para qué darle tanta importancia a sucesos ya pasados?

Poner etiquetas

Tener objetivos contradictorios.

El lugar y el momento que elegimos.

Hacer preguntas llenas de reproches.

Abusar de los: "Tú deberías", "Yo debería hacer"; en vez de los: "Qué te parece si...", "Quizás te convenga", "Yo quiero hacer", "Me conviene", "He decidido".

Cortes en la conversación porque se presta más atención a lo que quieres decir, que a escuchar al otro.
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jueves, 12 de febrero de 2009

La abdicación de la autoridad paterna.



¿Qué pasa?, se preguntan atónitos padres, educadores y la sociedad cuando contemplan hechos como el maltrato que ejercen los hijos sobre sus progenitores, por el miedo que producen las bandas juveniles, las reyertas en la salida de los institutos, etc. Y, cuando hay una muerte por medio, se disparan los interrogantes, se echa la culpa a los demás y a esperar un nuevo suceso.

Una de las claves que nos permite desentrañar el común denominador de estos hechos o similares es la dificultad de poner los límites que tienen los adultos respecto de sus hijos o alumnos. La vida tiene sentido cuando está delimitado el terreno de juego; si no, no se sabe a qué se juega: se pierden las referencias y se ignora a qué atenerse.

Sin reglas no hay juego ni diversión. No pocos padres están demostrando una incapacidad de poner límites, de decir «no», de dar normas y hacerles cumplir. El precio son unos hijos e hijas que desconocen los límites. Más aún, no los soportan cuando se enfrentan con ellos. Creen que tienen derecho a todo porque nadie, desde pequeños, les ha indicado que no todo es posible, ni se dispone de medios para hacer cualquier cosa. Lo grave del caso es que los padres creen que lo están haciendo bien porque conceden lo que piden. Al contrario, les están impidiendo ser libres y responsables.

¿Qué les ocurre a los padres para no poder poner límites a sus hijos? Hay muchas causas, pero entre ellas señalamos algunas como la abdicación de la autoridad paterna. Hoy, hay padres que han perdido su función en la familia y no saben a qué atenerse. El miedo a generar frustración por no repetir en sus hijos lo que critican de sus padres. Tienen un miedo atroz a que los fracasos de sus hijos sean causa de infelicidad.

Miedo a no estar a la moda

Otra causa sería el desencanto de los proyectos colectivos, pues viven inmersos en una vida individualista. La poca o nula resistencia a quedar al margen de las modas sociales. Basta un solo ejemplo: si todos tienen móvil, los padres no desean que sus hijos sean menos que los demás. Y hay una tercera causa que señalamos y que está cada vez más extendida en la moderna sociedad, como es las consecuencias de la incorporación plena en el trabajo tanto del padre como de la madre. Los pocos minutos que quedan para la vida familiar es un tiempo en el que resulta más cómodo hacer la vista gorda y evitar el tener que marcar límites o reprender.

Así, los hijos consideran que sus padres son maravillosos porque les conceden todo lo que piden, pero no resisten la mínima negativa. Con el paso del tiempo, se dan cuenta de que ellos son los que mandan: la obediencia no está en su vocabulario. Caen en la espiral de los deseos y por ello nunca están satisfechos. Se les concede lo que solicitan pero un nuevo deseo genera una nueva petición. Hay quienes buscan fuera del hogar familiar lo que no encuentran dentro. Si no hay autoridad, depositan su obediencia en el líder de la cuadrilla. La autoridad es una necesidad.

Sin árbitro, no hay partido. Ser demócratas implica sujetarse a unas reglas muy precisas y exigentes. Abusar de las normas tampoco es bueno, puesto que no educa. Por otra parte, existe la percepción de que tanta violencia gratuita, apoyada por un mundo de imágenes y realidades, también violento, hace que las nuevas generaciones sean más propensas a utilizar la fuerza bruta que la postura conciliadora.

Actualmente la cultura audiovisual plantea nuevos retos para la educación de los niños y de los jóvenes. La capacidad crítica y de selección ante los medios audiovisuales y el diálogo, y el razonamiento sobre estos productos culturales, son nuevas necesidades educativas para padres, hijos y formadores, con la finalidad de evitar, sobre todo, confusiones éticas. No todo es relativo, no todo vale, y hay acciones que atentan contra la dignidad de las personas. Existen unos principios éticos que no pueden ser olvidados.

La educación de nuestros jóvenes, hoy más que nunca, exige una responsabilidad social compartida. Es muy importante que todos: padres, escuela, iglesia, sociedad, también los medios de comunicación, ayuden para que los jóvenes puedan dar forma a su proyecto de vida, conozcan los límites y los interioricen y puedan contar con una adecuada educación en valores.

miércoles, 11 de febrero de 2009

La necesidad de poner normas



“Si mis padres no me ponen hora de llegada a casa por las noches, yo supongo que es porque no les importo”. Con estas palabras, que sorprenden a muchos padres, se expresaba un chico de unos catorce años; en ellas podemos entrever que los hijos necesitan pautas y normas para sentirse seguros.

Muchos de los descubrimientos psicopedagógicos de los últimos años parecen que no terminan de imponerse en nuestras teorías educativas. Hemos incorporado una necesaria y adecuada tolerancia frente a las restricciones excesivas y asfixiantes en las que se educaba antes; pero hay otros prejuicios, esta vez de sentido contrario, es decir, de laxitud e indulgencia, cercanos a la dejadez, que por miedo, ideas equivocadas y mala comprensión del desarrollo psicológico de los niños, nos paralizan a la hora de ejercer la función de padres.

¿Ha fallado la educación que conocemos?

Se trataba de que los hijos no sufrieran los traumas que conlleva un exceso de represión. Se hace hincapié en la necesidad de mostrarse afectuoso, comunicativo e indulgente con las necesidades del niño y muy tolerante con su comportamiento.

Este planteamiento es muy favorable para facilitar el desarrollo sin ansiedades pero, en exceso, implica jóvenes sin motivación, con dificultad para decidir su futuro. Tanto emocional como económicamente se mantienen en un estado de dependencia.
El fallo puede estar en que no aprendan a enfrentarse con la realidad, con las inevitables frustraciones de la vida. Parece que “a fuerza de” no negarles nada, no llegan a desarrollar “la fuerza para” conseguir las cosas por sí mismos. Esa fuerza es necesaria para conseguir el éxito en cualquier campo y no sólo en el aspecto escolar.

Los padres, actualmente, nos sentimos confusos y desorientados al tener que decidir entre seguir la propia intuición, los modelos en que fuimos educados y los ejemplos que se ven en otros padres y en los medios de comunicación. El resultado es un comportamiento contradictorio.

Es difícil exigir a los hijos que cumplan la parte del trato implícito que supone la convivencia: “yo doy, tú das”. Hay muchos motivos, veamos algunos:

• Nos asusta defraudarlos
• No sabemos o no queremos decir “no".
• No queremos frustrarlos,... ”ya sufrirán cuando sean mayores".
• Nos preocupa ser considerados autoritarios.
• No queremos que sufran lo que nosotros sufrimos.
• Compensamos la falta de tiempo y dedicación con una actitud indulgente (y culpable).
• Tenemos miedo al conflicto y a sus malas caras.
• Nos parece que actuamos con egoísmo si imponemos normas que nos faciliten la vida.

martes, 10 de febrero de 2009

¿Cómo se tiene prestigio con los hijos?



Por el buen humor: Hay diferentes estilos personales, pero todos se apoyan en el optimismo saber descubrir primero lo positivo de cada persona y de cada situación y en la confianza.

Por la serenidad: Porque asegura las mejores condiciones para actuar con sensatez y con flexibilidad. El nerviosismo, por el contrario, empeora la situación y, desde luego, desprestigia. Han de vernos serenos, sin dar paso a la ira o al enfado por nimiedades; han de vernos que no sacamos las cosas de quicio... Se puede comprobar, además, como los hijos adoptan conductas más serenas cuando están ante una persona tranquila, que no responde con cólera sino con un tono de voz sosegado y conciliador.
Por la paciencia: Los padres tienen un sexto sentido que avisa cuándo y cuánto es necesario volcarse con cada uno, a causa de una enfermedad, unos problemas en clase…
Por mantener una línea de actuación sin dar bandazos, graduando la exigencia según las circunstancias, sin dejar nunca de exigir y exigirse. Desprestigia el dramatismo, el echar en cara, el lamentarse, los falsos juicios...

Por el interés con que se sigue el estudio y los problemas de los hijos, sabiendo apreciar el esfuerzo que se hace, aunque no se traduzca en resultados. Escuchar y dedicar tiempo a "sus problemas" que, aunque nos parezcan nimiedades pueden pesar como losas para ellos. Pero si les apartamos a un lado porque nosotros sí estamos haciendo algo importante (ver la TV, terminar un informe, descansar...), cada vez será más difícil que nos cuentes sus cosas.

Cuando los padres van por delante en lo que exigen de sus hijos: Sin ser perfeccionistas, que conozcan sus fallos y limitaciones, y sus esfuerzos por superarlos.

Cuando se fomenta el prestigio del otro cónyuge: Aprovechar toda ocasión para destacar, discretamente, en una conversación privada con cada hijo, los puntos fuertes del otro cónyuge es una forma de potenciar la autoridad del otro. De un modo sugerente: "¿Te has fijado en tal aspecto de tu padre o madre...?" Y, a continuación, pasar a otra cosa en la conversación.

lunes, 9 de febrero de 2009

Beneficios para los niños al practicar taekwondo




Considerado ya como deporte olímpico, el taekwondo se ha convertido para quienes lo practican en serio, en una forma de vida, un instrumento para alcanzar el equilibrio físico y mental, dando como resultado personas felices, seguras y triunfadoras.
El taekwondo conjuga elementos que llevan a la realización del ser humano en todos lo sentidos. Los principios en que éste arte marcial se basa, lo hacen una discplina fascinante y muy benéfica que está al alcance de todos, sin importar su edad o sexo.
Mejorando su calidad de vida , día con día adultos, jóvenes y niños lo practican dando como resultado personas con excelente condición física, seguras de sí mismas, autodisciplinadas y con elevada autoestima.

Existen cientos de casos de niños que al practicar esta deporte, han mostrado cambios positivos en su conducta, tanto en la casa como en la escuela y en el medio en que habitualmente de desarrollan.

Esto se debe a que el taekwondo templa el carácter de los niños; para aquellos que son muy agresivos se vuelven más tranquilos y concientes, mientras que para los niños introvertidos y muy tímidos les proporciona mayor confianza, iniciativa y los motiva a aprender a valorarse por sí solos.

Otros beneficios que puede obtener del taekwondo son:

Beneficios físicos

• Aumenta la resistencia cardiovascular.
• Mejora la resistencia y la fuerza muscular.
• Aumenta la flexibilidad.
• Potencia el conocimiento del propio cuerpo.
• Ayuda a desarrollar mejor y más rápidamente las capacidades de coordinación.
• Aporta el control de un alto nivel de movimientos básicos que permitirán en el futuro realizar un forma óptima el trabajo técnico deportivo.

Beneficios psicológicos y sociales

• Su mente desarrollará las bases de la concentración.
• Los niños se vuelven más disciplinados.
• La seguridad en si mísmos que se obtiene con el taekwondo, es por que los niños se dan cuenta que son capaces de dominar su cuerpo en el entorno, logrando también que su autestima se eleve.
• A través de distintas tareas y variadas ejercitaciones, se inculca y fomenta en el niño el compañerismo y el trabajo en equipo, así como la importancia de cada individuo dentro del grupo.
• Con la práctica del taekwondo se fomentan valores como la honradez, lealtad, respeto, humildad, amor al prójimo.
• El niño obtiene enseñanzas culturales que les permitirán el conocimiento de costumbres, tradiciones y formas de pensar de otra raza, lo que los hace más tolerantes y solidarios.

domingo, 8 de febrero de 2009

La comunicación en familia



El papel del lenguaje

Las personas se relacionan a través de la comunicación que se hace mediante el lenguaje ayudado por los gestos, los movimientos del cuerpo. El lenguaje es el primer sistema de señales que emplea el hombre para relacionarse con su medio y para aprender lo que le rodea.

El niño, desde la más temprana edad, aprende a identificar los primeros sonidos y su significado y distingue el tono con el que se le habla. Hacia los nueve meses, sabe si sus padres están enfadados o le tratan con afecto y cariño.
El aprendizaje del lenguaje es un paso previo e indispensable para el aprendizaje de la lectoescritura y supone la forma de tomar conciencia de todo lo que se aprende del entorno en el que se vive.

Además del lenguaje, el hombre cuenta con gran cantidad de mecanismos para manifestarse que le permiten ponerse en contacto con los demás: los gestos, las miradas, la expresión del rostro... Estos elementos ponen de manifiesto actitudes, sentimientos, predisposiciones y motivaciones que permiten una comunicación interpersonal trascendente.

Desde los primeros momentos de la vida, el bebé capta la intensidad del afecto, aprecia si se le aguanta o se le abraza; valora el tono afectivo de la mirada del adulto cuando le acerca un juguete. También ocurre esto entre las personas adultas y entre los miembros de una familia.

El lenguaje está limitado por los conocimientos de cada uno; sin embargo, los símbolos son personales e inagotables. La posibilidad de combinar ambos lenguajes (verbal y gestual) implica comunicación.

El silencio, parte del diálogo

Cuando sólo se usa el lenguaje verbal (difícil, pues en la práctica nunca aparece desligado del gestual) hablamos de diálogo. Se dan dos formas extremas de diálogo: por exceso o por defecto. Ambas, provocan distanciamiento entre padres e hijos.
Hay padres que, con la mejor de las intenciones, procuran crear un clima de diálogo con sus hijos e intentan verbalizar absolutamente todo. Esta actitud fácilmente puede llevar a los padres a convertirse en interrogadores o en sermoneadores, o ambas cosas. Los hijos acaban por no escuchar o se escapan con evasivas. En estos casos, se confunde el diálogo con el monólogo y la comunicación con el aleccionamiento.

El silencio es un elemento fundamental en el diálogo. Da tiempo al otro a entender lo que se ha dicho y lo que se ha querido decir. Un diálogo es una interacción y, para que sea posible, es necesario que los silencios permitan la intervención de todos los participantes.

Junto con el silencio está la capacidad de escuchar. Hay quien prescinde de lo que dice el otro, hace sus exposiciones y da sus opiniones, sin escuchar las opiniones de los demás. Cuando sucede esto, el interlocutor se da cuenta de la indiferencia del otro hacia él y acaba por perder la motivación por la conversación.

Evite los discursos

Esta situación es la que con frecuencia se da entre padres e hijos. Los primeros creen que estos últimos no tienen nada que enseñarles y que no pueden cambiar sus opiniones. Escuchan poco a sus hijos o si lo hacen es de una manera inquisidora, en una posición impermeable respecto al contenido de los argumentos de los hijos. Esto sucede frecuentemente con hijos adolescentes. Estamos ante uno de los errores más usuales en las relaciones paternofiliales: creer que con un discurso puede hacerse cambiar a una persona.

A través del diálogo, padres e hijos se conocen mejor, conocen sobre todo sus respectivas opiniones y su capacidad de verbalizar sentimientos, pero nunca la información obtenida mediante una conversación será más amplia y trascendente que la adquirida con la convivencia. Por esto, transmite y educa mucho más la convivencia que la verbalización de los valores que se pretenden inculcar.

Por otro lado, todo diálogo debe albergar la posibilidad de la réplica. La predisposición a recoger el argumento del otro y admitir que puede no coincidir con el propio es una de las condiciones básicas para que el diálogo sea viable. Si se parte de diferentes planos de autoridad no habrá diálogo. La capacidad de dialogar tiene como referencia la seguridad que tenga en sí mismo cada uno de los interlocutores.

Hay que tener presente que la familia es un punto de referencia capital para el niño y el joven: en ella puede aprender a dialogar y, con esta capacidad, favorecer actitudes tan importantes como la tolerancia, la asertividad, la habilidad dialéctica, la capacidad de admitir los errores y de tolerar las frustraciones.
La importancia de la comunicación.

Si es importante el diálogo en las relaciones interpersonales, lo es aún más la comunicación. La comunicación está guiada por los sentimientos y por la información que transmitimos y comprendemos. La comunicación nos sirve:

• Para establecer contacto con las personas.
• Para dar o recibir información.
• Para expresar o comprender lo que pensamos.
• Para transmitir nuestros sentimientos.
• Para compartir o poner en común algo con alguien.
• Para conectar emocionalmente con otros.
• Para vincularnos o unirnos por el afecto.

Estos son algunos facilitadores de la comunicación:

• Dar información positiva.
• Ser recompensante.
• Entrenarnos para mejorar nuestras habilidades de comunicación.
• Empatizar o ponernos en el lugar del otro.
• Dar mensajes consistentes y no contradictorios.
• Saber escuchar con atención.
• Expresar sentimientos.
• Crear un clima emocional que facilite la comunicación.
• Pedir el parecer a los demás.

sábado, 7 de febrero de 2009

Desprendimiento madre-niño



Dicho muy brevemente, el estudio de lo que se llama ‘relaciones de objeto’ ha puesto de manifiesto la importancia que en la primera infancia tiene una relación estrecha y consistente con la madre (o con la persona que habitualmente haga dicha función). En esa época, cualquier separación, aunque sea breve, el niño la vive con ansiedad.
Pero también se ha descubierto, en el campo de la ‘psicología del yo’, que tras esa primera etapa, el niño necesita separarse de su madre, para diferenciar sus propios deseos y necesidades de los de ella, para ir tomando conciencia de sí mismo y de su individualidad.

La madre debe dejarlo no sólo separase tanto como sea posible, según su edad, sino que debería presentarse a sí misma como sujeto de necesidades “egoístas”, con una vida propia, e ir alejándose de esa imagen que tiene el niño de su madre como una extensión de él que sólo existe para satisfacer sus necesidades.

Lo que se ha llamado un ambiente familiar suficientemente bueno, es aquel que reacciona con cariño a la vez que permite que el niño experimente, de modo gradual y acorde con su maduración, una cantidad creciente de frustración.

Es necesario proteger al niño pero también dejar que se exponga gradualmente a experiencias en las que no logre todo lo que desea. La capacidad del niño para enfrentarse a la realidad depende de esto.

Este proceso de tolerancia a la frustración, que se desarrolla paulatinamente, permite que el niño aprenda a manejar su ansiedad y su agresividad. Cuando esto no se realiza bien, el niño puede volverse apático y pasivo o, por el contrario, irascible.

Ideas que pueden servir de guía

La educación perfecta no existe, sobre todo si la consideramos como un conjunto de normas utilizadas como una receta; no hay un niño igual a otro ni siquiera en la misma familia, así que más que fórmulas estándar, podemos disponer de guías para orientarnos en situaciones diversas.

Es importante ser espontáneos, la intuición es necesaria porque son los propios padres quienes conocen mejor a sus hijos y el modo de ayudarles.

Nuestra empatía, capacidad para ponernos en su lugar, nos permite entender los motivos que ellos tienen para actuar y reaccionar en una determinada situación y, desde ahí, podemos enseñarles modos de afrontarla. Y también les enseñamos eso tan importante para su vida que es saber ponerse en el lugar del otro.

La coherencia es también muy importante porque uno tiene que creer aquello que quiere enseñar. La contradicción entre lo que se dice y lo que se hace inválida la norma que o bien no se cumple o lleva a la mentira.

Por eso es tan importante que los padres actúen con seguridad y sin contradicciones. Es sobre todo con un estilo de comportamiento con lo que los hijos se identifican y al que imitan. La norma concreta puede ser más o menos discutida si se le transmite una forma de ser responsable y honesta.

No se trata de adiestrarlo, convertirlo en algo que deseamos, tendremos más éxito si le ayudamos a descubrir sus capacidades, personalidad..., y él también.

viernes, 6 de febrero de 2009

La autoridad de los padres se refuerza cuando...



1.- Hay acuerdo en cómo educar a los hijos, y en cómo armonizar la autoridad paterna y materna para una mejor educación de cada hijo. La autoridad de los padres ha de ser complementaria, no excluyente, no delegada de uno en otro cónyuge.

2.- Se apela al razonamiento al diálogo, se potencia la responsabilidad de los hijos por aproximaciones sucesivas. Huir tanto del sobreproteccionismo como del desentenderse cuando pueden necesitar ayuda.

3.-Se llega a acuerdos en temas puntuales con los hijos. Se pueden concretar dichos acuerdos mediante contratos de conducta. El llegar a una conducta-meta en los hijos conlleva el descomponerla en los pasos mínimos sucesivos, que hay que reforzar las aproximaciones a la conducta meta y extinguir la conducta a eliminar.

4.- Se evita el sermonear reiterativo porque suele tener un efecto contrario al buscado. Si hay que decir algo a alguien, se dice a solas, de manera clara, con formulación positiva, llegando a acuerdos y fijado el tiempo de revisión de los mismos.

5.- Somos firmes cuantas veces sea necesario, pero sabiendo cambiar a actitudes de flexibilidad y cariño siempre que sea preciso.

6.- Se presta atención al buen comportamiento, a los aspectos positivos que tiene toda persona, y no se atiende únicamente a las conductas desadaptativas.

7.- Se explica con razonamientos por qué los corriges, y se respeta a la persona y se le ayuda a mejorar en los defectos que tiene. Hay que demorar la entrevista para corregir a un hijo nuestro, si no tenemos la suficiente serenidad para hacerlo en este momento. No tratar de vencer sino de convencer. Es la fuerza de la razón quien se ha de imponer no la de los años.

8.- Se le da suficiente autonomía y libertad poco a poco, según el uso correcto que van haciendo de ella. Saber "ir soltando poco a poco las amarras" del niño y sobre todo del adolescente, quedándose lejos por si hace falta ayuda en algún momento.

jueves, 5 de febrero de 2009

LOS ESTILOS DE AUTORIDAD EN LA FAMILIA



La familia constituye un grupo social en el que sus miembros tienen una vinculación genética y donde el liderazgo es ejercido por los padres. Como líderes del grupo, los padres tienen que conducirlo en el ejercicio de su autoridad.

Dice el diccionario de la R.A.E. que la autoridad "es el crédito que por su mérito y fama, se da a una persona en determinada materia". Si analizamos la definición, determinaremos alguno de los rasgos que caracterizan a la noción de autoridad:

a. La autoridad es un crédito, un capital que puede administrarse adecuadamente y, por tanto, aumentar, como cualquier capital dinerario, o al contrario, inadecuadamente y, en consecuencia, disminuir.

b. Los componentes principales de ese capital son el mérito y la fama, que son el resultado de las buenas acciones en el ejercicio de la autoridad. Si el ejercicio de la autoridad hasta el presente ha sido el correcto, se adquiere prestigio, mérito y fama.

Hay varios estilos de ejercer la autoridad. Veamos cuál de ellos resulta más frecuente en nosotros, cuál es nuestra tendencia para corregirla si fuera preciso.

Estilo permisivo o sobreprotector: Consideran que los hijos son buenos y saben qué tienen que hacer. Hay que darles todo lo que piden, especialmente aquello que los padres no pudieron tener.

Tratan de evitar que sus hijos se enfrenten a las dificultades de la vida, y van quitándoles obstáculos. En los conflictos, los hijos siempre salen ganando. No hay una orientación dada por los padres, los hijos crecen sin pautas de conducta.

Consecuencias educativas:

• Al no tener un código de conducta marcado, los hijos no suelen tener referentes, y por tanto, no saben a qué atenerse.

• Les faltan hábitos de esfuerzo, de trabajo para ponerse a la realización de un proyecto personal. Tienden a la labilidad emocional.

Estilo autoritario: La razón es siempre de los padres. Consideran que el respeto de los hijos proviene del temor. Los padres imponen las soluciones en los conflictos que se plantean. Los padres dirigen y controlan todo el proceso de toma de decisiones. Critican a la persona ("eres un inútil"), no las acciones de la persona, lo que genera una baja autoestima.

Consecuencias educativas:

• Pueden generar en los hijos sentimientos de culpabilidad ante la imposibilidad de no cumplir los deseos de sus padres.

• Favorecen sentimientos de agresividad, de odio, al no sentir los hijos la suficiente autonomía personal.

• Potencian conductas engañosas en los hijos para poder pasar el control de los padres.

Estilo cooperativo: Los padres consideran que se pueden equivocar en las decisiones como cualquier ser humano. Buscan y potencian que los hijos puedan aprender autónomamente y que saquen lo mejor de sí mismos. Ayudan en la búsqueda de soluciones equidistantes del abandono y de la sobreprotección.

Consideran que los problemas son un reto para la superación personal. Las relaciones entre padres e hijos están presididas por el respeto mutuo y la cooperación.

Consecuencias educativas:

• Desarrollan en los hijos el sentido de responsabilidad para que asuman las consecuencias de sus actos.

• Inducen en los hijos habilidades de trabajo en equipo.

• Los hijos aprenden actitudes de cooperación, de toma de decisiones y respeto por las reglas.

Después de este análisis pienso que es corrector sentarnos un rato y meditar cuál de las opciones en nuestro comportamiento como padres es la que va a servir más a la larga a nuestros hijos, No lo cree?

miércoles, 4 de febrero de 2009

La televisión en el cuarto de los niños



Algunos padres creemos que entre las cosas más importantes que debemos darles a nuestros hijos es su propio espacio con algunas comodidades, por lo tanto nos damos a la tarea de tenerles su cuarto, el cual este bien equipado y al que no le puede faltar su televisión; medio a través del cual los niños conocen el mundo, aún antes de saber leer y escribir.

¿Cree usted que tenerle televisión en el cuarto de su hijo es bueno, le beneficia en algo?

Pues dejeme decirle que definitivamente NO.

El que su hijo tenga la televisión en su recamara más que hacerle un bien, lo esta perjudicando. Primero por la calidad de los programas que pasan hoy, realmente decepcionantes y todavia más por la gran influencia que éstos ejercen en los niños, esas pequeñas esponjas que todo lo absorben: bueno y malo.

Ellos ahora deciden qué comer basados en la publicidad de los seudo alimentos que se anuncian en la televisión; asi también en base a toda la publicidad que ahí se encuentran deciden como vestir, aprenden a jugar en la sociedad los roles de hombre y de mujer que ahí les enseñan; ellos saben que hay humanos mejores que otros, y no precisamente por sus valores morales, sino por otros criterios totalmente materialistas. Los niños y niñas desde muy corta edad ya se ven bombardeados por los modelos que deben reproducir en sus propios cuerpos.

Asi pues de esta manera, la televisión es la gran vendedora que llega a la intimidad de su hogar, se mete hasta en su cama y peor aún, en la de sus hijos.

Otra razón del porque no es bueno que halla televisión en la recamara de los niños, es la falta de control sobre lo que ven y el tiempo que utilizan para verla, o acaso ¿usted pone reglas en cuanto a la horas y programas que deben ver sus hijos y esta ahí para asegurarse de que se cumplan?.

Una razón más es que limita la comunicación: la televisión impide una mejor y más amplia comunicación en la familia, ya que absorbe toda nuestra atención creando un alejamiento entre unos y otros, asi que con más razón su hijo se aislará si la tiene en su cuarto.

Por otro lado y en base a varios estudios realizados tanto en nuestro país como en el extranjero, se ha demostrado que los niños que tienen la televisión en su recamara tienen menos creatividad y concentración, asi como menor rendimiento escolar en comparación con aquellos que no la tienen .Esto se debe en gran parte a que los niños que tienen televisión en su cuarto durmen menos.

En base a todo lo anterior, lo invitamos a reflexionar; no se trata de ninguna manera de evitarles a los niños su propio espacio ni de que vean la televisión, pero si de hacer todo lo posible porque ambas cosas no esten juntas, ya que es muy poco probable que mantengamos el control. Debemos por lo tanto como padres establecer reglas y seguirlas, entre ellas se pueden encontrar:

* La ubicación del aparato electrónico( en un lugar apto para todos).
* Determinar los programas que los niños pueden ver.
* Definir el tiempo para ver televisión.
Si todavia no hemos puesto en marcha tales reglas, aún estamos a tiempo, averigüe que es lo que sus hijos han estan viendo últimamente y procure estar con ellos en esos momentos, mucho mejor si planean juntos los horarios y programas para ver en familia.

Científicos involucrados en estudios sobre los efectos negativos de la televisión en el cuarto de los niños indican, que un padre que no permite que este aparato se ubique en la recamara de su hijo , es un padre conciente de la educación y formación de su hijo. Seamos entonces de este tipo de padres.

martes, 3 de febrero de 2009

COMO DEBEN LOS HIJOS DE CONTESTAR EL TELÉFONO



La delincuencia es un mal que va en aumento, así como sus formas de operar; hoy en día fraudes y secuestros, se llevan a cabo utilizando solo el teléfono.

Por otro lado, la familias en donde los padres trabajan y por tal motivo tienen que dejar a sus hijos solos por un tiempo, también son más. Ante esta situación es muy importante entonces llevar a cabo ciertas medidas de seguridad con el fin de enseñar a nuestros hijos acerca de los peligros que existen y como deben protegerse.

Entre las medidas de seguridad que podemos establecer, por ejemplo con respecto a como se debe contestar el teléfono cuando no estén los padres o no pueden contestar, se encuentran las siguientes:

Comunicación e información: Tenga claro que como padre, es la persona más importante e influyente en la vida de su niño. Esto también resulta en que es usted la mejor fuente de información de seguridad.

Hable con sus hijos de la importancia de la seguridad en el hogar y fuera de el.

Acuerden en familia reglas y procedimientos en la utilización del teléfono.

Explíqueles como es utilizado este medio por los delincuentes.

Si tiene la posibilidad, no dude en contratar el servicio de identificador de llamadas.

Nuevamente entre todos los miembros de la familia especifiquen y graben los números más importantes en la memoria del teléfono.

Si el niño contesta el teléfono, enséñele a que nunca debe decir que esta solo en su casa, es mejor decirle a quien llama, que su mamá o papá están ocupados por el momento, que él apuntara el mensaje y luego colgar.


El niño no debe seguir una conversación telefónica con alguien a quien no conoce.

Al contestar el teléfono, su hijo no debe dar información. Si la persona que llama pregunta "¿quién eres?", enseñe a su hijo a decir "¿Quién habla y con quién desea hablar?".

Si su hijo no se siente cómodo o se asusta por alguna cosa que dice la persona que llama, dígale que cuelgue el teléfono y que siempre debe comentarle a usted sobre todas las llamadas telefónicas que hubo.

Si tiene un contestador automático, déjelo prendido cuando su hijo está solo en la casa.

Asegúrese de que sus niños sepan cómo comunicarse con usted en una emergencia, aprendiendo el número de teléfono del trabajo de usted, del teléfono celular.
Los niños deben tener a un adulto de confianza a quien pueden llamar si están solos en la casa y llegan a sentir miedo o tener una emergencia.

Recuerde: La seguridad personal de sus hijos, debe ser la responsabilidad principal de todo padre y madre; y como estos no pueden estar siempre, junto a ellos.

Es precisamente en estos momentos cuando los niños son más vulnerables a cualquier tipo de abuso; de ahí la importancia de que aprendan a cuidarse a si mismos.

domingo, 1 de febrero de 2009

El coleccionismo en los niños y sus beneficios



Las tarjetas y muchos otros tipos de colecciones acaparan la atenciòn de los niños año con año, esta puede ser una aficiòn que si se maneja de manera adecuada por lo padres; puede ayudar a los niños a desarrollar habilidades y actitudes muy positivas, como por ejemplo: Constancia, orden, paciencia, memoria, etc.

Asì como el deporte puede ser una forma de juego para los niños, el coleccionar algùn objetivo tambièn puede serlo. Alrededor de los cinco a seis años, el niño comienza a tener interès por la colecciòn sobre todo de tarjetas y figuras de su pelìcula o serie televisiva favorita, porteriormente a partir de los nueve años y a veces hasta la vida adulta su colecciòn se va haciendo màs especìfica y amplia.

Lo que antes eran tarjetas, ahora son monedas(numismàtica)estampillas postales(filatelìa), mariposas, rocas minerales, banderines, llaveros, aviones, coches, etc.
El coleccionismo es una estupenda herramienta pedagògica, porque:

- Para los niños màs pequeños esta actividad le resulta emocionante y aunque en ocasiones es frustrante, si se les incentiva a continuarla y se les proporcionan pautas y exigencias, es una herramienta muy eficaz para que el niño siga sintièndose muy interesado y motivado.

-En los niños timidos y que se relacionan muy poco con los demàs, el coleccionismo les ayuda a fomentar las relaciones de intercambio y el contacto personal.

- Tiene un valioso aporte para los niños que muestran síntomas de hiperactividad, en este caso lo mejor es orientarles a que coleccionen objetos que les exijan una mayor concentración y atención, asì como mayor memorización y organización.

Habilidades que el niño desarrolla al coleccionar

El coleccionismo impulsa a los niños a desarrollar una serie de habilidades que les beneficiarán posteriormente tanto en el desarrollo de muchas de sus actividades como en su vida familiar.

Entre estas habilidades se encuentran:

- El orden: El coleccionismo incita al orden ya que es necesario tener un control sobre las piezas ya conseguidas, las que faltan y las repetidas.

- La responsabilidad: se fomenta el cuidado por sus objetos de colecciòn y el dinero, ya que el niño será responsable para ahorrar y poder así pagarse su propia colección.

- El respeto: El niño no sòlo aprenderà sobre el cuidado de su colecciòn, ademàs podrà apreciar a partir de lo propio, lo importante que es respetar las pertenecias de los demàs.

- La organización: el niño debe saber en todo momento dónde se encuentran sus objetos de colección para así poder realizar los intercambios que desee.

- La constancia: Como la finalidad de esta actividad es acabar la colección, el niño deberá esforzarse para así poder conseguir las piezas que le faltan; por lo que necesitarà mostrar una clara actitud de constancia para poder alcanzar su objetivo en el plazo previsto.

- La memoria: el niño fomentará esta capacidad ya que el coleccionismo lo incitarà a recordar todas las partes de su colección, de tal forma que sabrà lo que le falta para completarla, lo que puede cambiar o que ya esta repetido. Esta memorización le podrá ser útil en el futuro para otros temas como los estudios.

El coleccionismo puede se una fuente de aprendizaje y motivaciòn tanto para los niños como para sus padres, para conseguirlo es importante atender los siguiente consejos:

Consejos para los padres

-Es muy importante hacerle comprender al niño, que es mucho mejor terminar una colecciòn a dejar varias a medias, y es que en muchos casos el niño por querer ganar o sobresalir entre los otro niños de sus entorno, desea terminar todas las colecciones; por lo que en este caso será difícil trabajar las habilidades que se pueden desarrollar con esta afición.

- Enséñele a su hijo trucos y formas de organizarse: Propongale hacer una lista de quellos objetos de su colecciòn que esten repetidos, los que ya estan completos y los que se va a cambiar y pongalos en cajas distintas.

- Ademàs de enseñarle, juegue con él... pero procure que el decida la mayoria de la veces en los que respecta a su colecciòn.

- Es muy importante que el niño participe en el costo económico de la colección. Debe aprender que su “juego tienen un precio” y que él debe responsabilizarse en esa parte; ya sea que aporte una parte de lo que se le da para gastar o tomando de sus ahorros pero de manera limitada.