martes, 24 de noviembre de 2009

ENSEÑA A TU HIJO A SER MAS SOCIABLE



Un niño será más feliz y seguro de si mismo si puede compartir sus habilidades y cualidades con otros niños de su misma edad. Compartir experiencias no solo hace que tu hijo pueda expresar sus sentimientos y emociones, sino también que pueda aprender de las virtudes y errores del grupo.

Intenta que tu hijo se integre con el resto de sus compañeros, pero no lo fuerces a permanecer en un grupo en el que se siente incómodo. Es decir, trata de que se reúna con niños de su edad, pero si tu hijo no demuestra interés, no lo fuerces. Seguramente habrá algún motivo por el cual no le gusta estar con ellos. Intenta averiguar esos motivos y ayudarle a que sea un niño más sociable.

Si tu hijo tiende a aislarse o que le cuesta integrarse, procura llevarlo a lugares en los que pueda socializar: un parque en el que haya muchos niños, un parque de atracciones, u organizar una fiesta infantil en tu casa puede ser el punto de partida para que el niño empiece a relacionarse y a estrechar lazos con otros niños. Un niño sociable tendrá en el futuro mayores herramientas para comunicarse y podrá triunfar en todos los ámbitos de su vida.




Otros Consejos Prácticos para aumentar su Autoestima

Ofrece a los niños oportunidades para que tengan éxito

Limita las experiencias difíciles de tus hijos

Educa a tu hija a que sea sociable

Trasmite a los niños el valor de compartir

Enseña a tu hijo a disfrutar de las pequeñas cosas

No compares a tu hijo con otros niños

Si tu hijo se equivoca, no le critiques

Permite que tus hijos se equivoquen o cometan errores

Juega con los niños

Habla con cada uno de tus hijos

Ayuda a que tus hijos puedan ponerse metas realistas

Inculca a los niños el amor por la vida y la naturaleza

Se cariñoso con tus hijos

Guía a tus hijos a aprender nuevas tareas

Pasa tiempo libre con tus hijos

No actúes en forma violenta frente a los niños

Trasmita la necesidad de creer en tus sueños


Confía en los niños

Infunde hábitos saludables a tus hijos

Busca razones para elogiar a tus hijos

Inculca a tus hijos la idea del esfuerzo

No presiones a los niños para que tengan éxito

Escucha con atención los planteamientos de su hijo

Enseña a tus hijos a valorar a las demás personas

Muestra hábitos y costumbres positivas

No eduques a niños que se sientan culpables

martes, 17 de noviembre de 2009

EL COMIENZO DE LA ADOLESCENCIA



Una queja común de los padres de adolescentes es que su hijo pasó de ser una persona tierna, amable y buen genio a ser un joven retraído, rebelde y altanero. ¿A qué se debe este drástico cambio?

“Me lo cambiaron”, “ya no es el mismo de antes”, “qué le pasa”, “yo que le hice”… son pensamientos que retumban en la mente de papás y mamás, y lo cierto es que la respuesta está en nuestras manos pero no la queremos ver: nada más y nada menos que la adolescencia.

Además de los cambios físicos que suceden en el cuerpo del ser humano en este ciclo, surgen ciertos desajustes en la personalidad que requieren del conocimiento y de la preparación de los padres de familia para saber abordar las situaciones conflictivas que se pueden presentar.

Extraemos algunas ideas del artículo publicado en sontushijos.org escrito por Tania Santiago, licenciada en Filología, sobre los principales problemas que se presentan en el interior de un adolescente y cómo actuar al respecto:

La autoestima

Una de las mayores preocupaciones de los adolescentes es su apariencia. El cuerpo está en pleno cambio, les salen granos… no es de extrañar que los adolescentes pasen tanto tiempo mirándose al espejo. Si tu hijo no es feliz con lo que ve (pocos los son) esto puede mermar su autoestima.

Intenta evitar hacer bromas sobre su físico, y también es un error hacerles pensar que no tiene importancia. Para lo que en tu opinión es una tontería para ellos representa un mundo.

Intenta explicarle que la gente apenas nota lo que a ellos dan tanta importancia. Cuanto mejor se sientan los adolescentes con ellos mismos, su autoestima será mejor y tendrán más armas para enfrentarse a los problemas de cada día.

Las frustraciones

Para algunos adolescentes es fácil vencer las frustraciones, ya sea en el ámbito deportivo, los exámenes o sus relaciones personales, pero para otros puede suponer una grave crisis. Si tu hijo reacciona mal cuando tratas de ayudarle a tratar sus emociones, intenta que entienda sus emociones antes de enfrentarse a un fracaso de forma efectiva.

Necesita saber que le apoyas aunque sus resultados académicos o deportivos no sean los esperados. Si tu hijo no consigue los resultados académicos esperados, ayúdale a tener en cuenta que todo el mundo tiene resultados que no se espera alguna vez en la vida y que si se ha esforzado: eso es lo que importa.

Los sentimientos

Algunos adolescentes, especialmente los chicos, tienen menos facilidad para expresar lo que sienten. La vergüenza, la irritabilidad, la decepción son emociones difíciles de aflorar y a veces solo el enfado es lo único que saben transmitir.

Si tu hijo adolescente tiene dificultades para identificar y articular lo que siente, simplemente pregúntale: “¿Estás molesto por algo? ¿Te preocupa algo?” Esto puede ayudar a ambos a identificar lo que siente. Otros encuentran en la actividad deportiva una forma de transmitir sus emociones. Un tercer grupo simplemente necesita espacio para pensar en sus problemas y en sus decepciones.

El desorden

El desorden es un campo de batalla muy común entre padres y adolescentes. Si te vuelves loco con el abrigo tirado en medio, o las toallas tiradas en el baño, respira profundo y sigue adelante. Simplemente tener en cuenta que no lo hace para molestarnos, es un reflejo de que sus pensamientos están en otra parte.

Su cuarto es su espacio privado y deberíamos respetarlo, incluso el adolescente más desordenado se cansa alguna vez de tanto desorden y decide ordenar de vez en cuando.

Consejos para los padres

Muchos padres son controladores cuando sus hijos son pequeños, en parte porque toman la mayor parte de las decisiones por ellos, pero esto cambia cuando los hijos crecen y se hacen adolescentes.

Debemos aceptar que no podemos controlarles con órdenes o amenazas que seguramente rechazarán porque están tratando de crecer como individuos, pero nuestro ejemplo puede ser de gran ayuda para que se formen como personas.

No le ignores cuando hable o te trate con desprecio, los padres nos merecemos que nos hablen con respeto y de forma aceptable.

Recuerda que el conflicto y las pequeñas batallas serán algo inevitable, pero establece claramente los límites y negocia gradualmente para ir soltando las amarras.

En lo que sea posible, permite a los adolescentes que tomen sus propias decisiones y que aprendan de sus errores.

Si una regla se rompe, aplicar un castigo justo; cuando actúan como si te odiaran es porque están confundidos o molestos o enfadados por nuestros intentos de controlarles.

Fuente: sontushijos.com

martes, 10 de noviembre de 2009

PREVENCIÓN Y MANEJO DE LA AGRESIÓN



1. En nuestra sociedad todos los niños en alguna ocasión pegan, patean, escupen, se pelean con sus hermanos o compañeros, muerden.

2. Sin embargo, existen algunos pocos que lo hacen con mayor frecuencia que los demás.

3. En estos casos el problema no es que un niño haga cualquiera de las conductas mencionadas, el problema radica en que se comporte de manera agresiva en situaciones inapropiadas o con mucha frecuencia o intensidad.

4. La conducta agresiva igual que el resto de las conductas de los niños es aprendida.

5. Un niño se comporta como lo hace, no porque este enfermo, tenga un daño cerebral o haya heredado algún problema. La evidencia actual nos señala que el comportamiento agresivo se aprende.

6. Nuestra cultura promueve la agresión, las series televisivas muestran numeroso modelos agresivos y es muy fácil que los demás respeten o no molesten a alguien así, además es común que el comportamiento agresivo tenga algunas ventajas. Por ejemplo un vendedor agresivo, será seguramente el mejor vendedor.

7. Desafortunadamente la agresión en niños puede tener también desventajas, la mas grave de ellas es que impide su socialización adecuada y en consecuencia limitará su desarrollo.

8. Así es que los padres necesitan intervenir para prevenir o resolver este problema realizando las siguientes acciones:

9. Revise su propio comportamiento, evite responder con enojo, gritos, golpes o insultos ante los problemas que surgan con su pareja y con sus hijos.

10. Evite realizar comentarios que promuevan la agresión delante de sus hijos por ejemplo” me gusta que mis hijos sean buenos peleadores”,”maten al árbitro”, Todos son unos...”

11. Deje de realizar actividades que promuevan la agresión: asistir a las luchas, ver el box en la TV.

12. Evite comprar juguetes que promuevan los comportamientos agresivo: guantes de box o pistolas.

13. Aumente la frecuencia con que es cariñoso su pareja delante de sus hijos.

14. Cuando surja un problema interpersonal invite a la otra persona a utilizar el diálogo para resolverlo.

15. Evite que sus hijos vean la TV. solos. Este usted presente mientras los niños ven la TV., evite programas donde la violencia predomine y haga comentarios en contra del uso de la agresión como forma de resolver los problemas. Por ejemplo: “Mira esos niños deberían de platicar antes de ponerse a golpear”, “En este caso el que se peleen solo va a complicar el problema” “En lugar de pelearse lo que debería de hacer es”.

16. Alabe a todos aquellos que resuelvan los problemas sin necesidad de utilizar la agresión.

17. Acaricie a sus hijos, expréseles su afecto, dígales cuanto los quiere.

18. Diseñe un ambiente cooperativo en la casa, establezca metas para los hermanos y cuando se cumplan cada una de las metas premie a ambos por haberlas obtenido, así fomentará la cooperación mas que la competencia.

19. Evite crear situaciones de conflicto. Si compra un juguete para un niño, compre también para el otro.

20. Juegue con sus niños y con la ayuda de muñecos invente cuentos en que se presenten situaciones en las que le enseñe al niño como debe comportarse cuando existen problemas

21. Premie la conducta de cooperación del niño. En caso de que esto se le dificulte, invite a uno o dos amiguitos a la casa para que jueguen con sus hijos. Obsérveles mientras juegan y después de un pequeño periodo acérquese y dígales que esta muy contenta o contento de que jueguen sin pelearse, prémielos con algo material.

22. Facilite la socialización de sus hijos inclúyalos en una clase o actividad en la que pueda jugar con otros niños.

23. Obséquiele regalos para que lleve a la escuela pero que sean regalos en donde para utilizarlos se requiera la intervención de otros niños. Un guante y una pelota de béisbol, una cuerda, etc.

24. Aumente la convivencia con el niño procure realizar una actividad diaria con el niño que sea divertida y cuyo único fin sea pasarla bien. Por ejemplo salgan a caminar, a nadar, etc.

25. Ahora bien si su hijo ya se comporto de manera agresiva no lo regañe, no lo insulte, no le pegue. Al contrario la primera estrategia es ignorar el comportamiento agresivo. Por ejemplo si el niño comienza a decir groserías, no lo vea a los ojos, ignórelo y voltee hacia otro lado.

26. Si destruye algo lo que usted tiene que hacer es pedirlo que lo corrija, que lo pegue, que lo repare o que lo pagué, también puede poner un trabajo extra que el niño tenga que realizar como consecuencia de su conducta inapropiada.

27. Si se comporto de manera agresiva porque no sabía como comportarse entonces enséñele como debió reaccionar, pida que lo haga nuevamente y prémielo al hacerlo correctamente. Por ejemplo si tiro su cuaderno porque no sabía como hacer un dibujo entonces llame al niño, enséñele como hacer el dibujo, pida que lo haga nuevamente y felicítelo por haberlo realizado correctamente. Sin embargo, si el niño había roto el cuaderno al tirarlo al suelo también cóbrele de alguna manera.

28. Otra técnica consiste en que usted retire al niño de la situación en la que ejecuto la conducta y lo aísle temporalmente ( un minuto por cada año de vida ) en una habitación aburrida que no lo asuste y que no sea peligrosa. Por ejemplo si el niño golpea a su hermano, inmediatamente su papá sin enojarse, gritarle o maltratarlo pero con voz firme, lo tomará del brazo lo llevará a la habitación y le dirá: “como le pegaste a tu hermano te quedarás ahí 5 minutos si destruyes algo o te sigues haciendo berrinche, te quedaras mas tiempo”. Al hacer lo anterior ignore los reclamos del niño.

29. Recuerde que lo fundamental para eliminar la agresión en niños es premiar la conducta de cooperación y dar consecuencias negativas (no castigo, golpes, o insultos) cuando el niño se comporte apropiadamente.

30. Es importante que al dar las consecuencias usted sea firme y constante de lo contrario en lugar de desaparecer la conducta aumentará.

31. También es importante que toda la familia se ponga de acuerdo en la forma en que manejará el problema.

32. Si se realiza todo lo anterior es muy probable que la conducta agresiva no se presente o que un problema de este tipo se resuelva rápidamente.

Aguilar Morales, J. E. (2006) Prevención y manejo de la agresión. México: Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C. En http://www.conductitlan.net/agresion.htm

sábado, 31 de octubre de 2009

La importancia de la lectura



El habito de la lectura es un gran estímulo a la creatividad, imaginación, inteligencia y a la capacidad verbal y de concentración de los niños. Entonces, los libros deberían estar presentes cada día del mismo modo que sus juguetes.

Debe saber que el libro es una gran ventana a la formación en todos los sentidos. Lo importante es tener claro que los libros son importantes, pero el acto de leer, si posible todos los días, es lo que llevará a su hijo a este rincón tan exquisito que es la aventura del saber, del conocer y descubrir. Además, si los padres comparten el momento de lectura de un libro con los hijos estarán estableciendo un lazo especial entre ambas partes.

El interés por la lectura se debe inculcar a un bebé desde la cuna y tratar, con persistencia y dedicación, que se convierta en un hábito. Es fundamental para los niños que aprendan a buscar conocimientos mediante la lectura desde la más temprana edad. Los niños deben oír historias lo antes posible. Se recomienda además que lo hagan con disciplina, es decir, teniendo preconcebida una hora al día para hacerlo. Podría ser a la hora de dormir, o después de comer, y lejos de cualquier distracción.

jueves, 22 de octubre de 2009

La masturbación, Parte 1



¿Es normal que los niños se masturben?

Dicen algunos expertos que la masturbación se presenta durante las distintas etapas y recibe diversos nombres:

Masturbación primera, durante el primer año de vida.

Masturbación segunda, entre los tres y cinco años (etapa fálica). Se presenta cuando el bebé descubre su zona erógena, la explora y experimenta placer en su toqueteo.
Masturbación tercera, especialmente entre los siete y los nueve años; se da en el momento del antagonismo sexual, del encierro grupal, de la experimentación en grupos.

Masturbación puberal.

Masturbación adolescente, juvenil, adulta.
a. Masturbación primera y segunda:

Son los movimientos o frotaciones rítmicas que hace el bebé para conseguir placer. La masturbación en el bebé lo introduce en el secreto que rodea el ámbito del sexo. Hay, entonces, una noción de intimidad, de soledad, de reserva que se refiere al placer sexual y que lo coloca un poco aparte del resto de las otras relaciones.

Algunas madres tienen dificultades en admitirla y reaccionan fuertemente con prohibiciones que pueden llegar a ser contraproducentes.

Las masturbaciones propias de la infancia son más de necesidad fisiológica, no se acompañan con fantasías y aparecen como algo tan imperativo como puede ser rascarse. Además, tienen un carácter eminentemente auto exploratorio, pues, permiten conocer el cuerpo, los órganos y las zonas erógenas. Así como el niño descubrió el pie, o cualquier otra parte del cuerpo, también descubre el placer de sus órganos genitales. Dura tanto cuanto sea necesario para satisfacer la curiosidad y la necesidad de placer infantil, aunque generalmente es por poco tiempo. En ausencia de eyaculación y sin que haya secreción, las masturbaciones en el bebé o en el niño, pueden conducir al orgasmo.

Ante este tipo de masturbación los padres deberán tener en cuenta:

El cuidado y la higiene de los órganos del bebé; el daño que puedan sufrir, pues suelen lastimarse con frecuencia.

La distracción para que el niño no quede “fijado” por exceso de gratificación. La orientación hacia otros objetos se debe hacer para mostrar otras áreas, nunca por temor y menos por represión. Jamás esta orientación hacia nuevas áreas estará ligada a castigos o agresiones, pues sería muy perjudicial.

b. Masturbación tercera

La masturbación tercera, o de la niñez, está muy conectada a los juegos sexuales de los niños, que sirven para reafirmar los roles masculinos o femeninos. Muchas veces están llenos de picardía y humor; responden a la inseguridad y curiosidad de ese momento. Esta masturbación, muy ligada al grupo, es transitoria y frecuente, especialmente en los varones.

Generalmente, las niñas no presentan este tipo de masturbación, ya que la mujer no siente la genitalidad de una forma tan concreta como el hombre; al carecer de erección, no suelen referir intensamente los estímulos sexuales a la zona genital.

Aquí los padres deberán evaluar si esta masturbación está ligada a iniciaciones sexuales realizadas por adultos o adolescentes en un clima destructivo y dañino, especialmente cuando existe promiscuidad sexual. Pues en este contexto, la sexualidad se estructurará de una manera negativa.


Masturbación puberal

En la pubertad se da un rebrote de la masturbación, unida por lo general a toda la explosión hormonal del crecimiento. Se dan las circunstancias favorecedoras para híper sensibilizar las sensaciones de los órganos sexuales. Con el crecimiento de los genitales externos, aparecen las primeras poluciones nocturnas en el varón, (eyaculaciones probablemente ligadas a sueños eróticos). El líquido que expulsa inicialmente no contiene espermatozoides, porque aún no han madurado sus glándulas internas. El equivalente en la mujer es el aumento de la lubricación vaginal donde la adolescente siente de forma clara su genitalidad.

Hasta aquí, en poco se diferencia de la masturbación infantil, la cual también puede considerarse de carácter reflejo. En cuanto a la relación entre la masturbación y la vida sexual ulterior, particularmente en la niña (prevalencia o no del placer clitoriano sobre el placer vaginal) su comprensión no pasa por la masturbación. Ya ha quedado fijado en el inconsciente durante los primeros años de la infancia.

Las características de la masturbación en esta etapa son las siguientes:

Es un medio de conservar un vínculo con la infancia y experimentar un sentimiento de pertenencia con respecto a sus partes genitales. Inicialmente, es auto exploratoria, de experimentación de los órganos que crecen. El púber necesita redescubrir su cuerpo, sus órganos, su esquema corporal, pues todo ha cambiado. Es por ello que se da un aumento de la frecuencia.

Se presenta de una manera mucho más concentrada en los órganos genitales, como una manipulación rítmica de sus partes, que conducirá a lograr eyaculaciones en el varón y secreciones vaginales en la niña.

Va acompañada de representaciones mentales conscientes, de fantasías o imágenes eróticas hetero u homosexuales y, generalmente, extrafamiliares.

Constituye un medio de asumir su cuerpo de una forma narcisista. Algunas masturbaciones a esta edad pueden tener lugar frente al espejo, siendo el objeto erótico, entonces, el mismo sujeto.

Puede servir como escape temporal de la tensión. Pero también puede convertirse en fácil reemplazo del esfuerzo y la exploración; de la posibilidad de interactuar con otras personas; un consuelo demasiado rápido para la decepción y la derrota.
¿Cuál debe ser el papel de los padres?

Tratar de hablar de esto antes de la adolescencia, durante el período llamado de latencia. Es preciso aquí iniciar al niño en las nociones de deseo y de placer; de la relación entre sexo y amor; del papel que desempeña el sexo en la procreación.
Si el adolescente es sorprendido masturbándose, no se debe manifestar en el momento actitudes represivas. Hay que encontrar después (aunque no mucho después), un tiempo para dialogar. No hay nada más culpabilizador que el silencio. Es necesario poder encontrar un tono apropiado, que no caiga ni en la represión, ni en la complacencia.
Iniciar a los hijos en el concepto de autocontrol de los impulsos, y en especial los impulsos sexuales.

Masturbación patológica

En realidad, a los padres no les debería preocupar las masturbaciones del adolescente, especialmente durante el período de la pubertad, por ser un fenómeno natural, que forma parte del proceso de evolución tanto síquica como física, y en general de la explosión hormonal de esa etapa. De la actitud represiva y poco comprensiva que puedan tener los padres se derivan muchos de los problemas que convierten al fenómeno de la masturbación en un problema ya de tipo patológico.

Pero sí deberían inquietarse por aquellas masturbaciones que perduran más allá de los primeros períodos de la pubertad y donde el púber o adolescente queda encerrado en sí mismo, lleno de temor para abandonar su casa, para salir de sí. Aquellas masturbaciones que son compulsivas, irreprimibles, bastante frecuentes y eventualmente explícitas, e incluso hasta provocadoras y exhibicionistas.

Una masturbación de este tipo es apenas el síntoma de problemas más complejos y puede cumplir múltiples funciones:

Apacigua la soledad y el asilamiento; es fórmula de sustitución para otras gratificaciones que el joven no obtiene; produce descarga de tensiones o conflictos.
Es un intento de evasión del mundo circundante, estimado como negativo.
Es síntoma de auto encierro y de ensimismamiento.
Es síntoma de estancamiento. Incluso produce una sensación de regresión e infantilismo. De temor a crecer, de abrirse a la comunidad adolescente, a los grupos, a la pareja o la relación heterosexual.
Imposibilidad de dar el salto a la alteridad sexual, por diversos motivos:

Porque no se ha logrado la identidad sexual y, por lo tanto, tampoco ha logrado desarrollar un adecuado amor a sí mismo.

Porque ese amor a sí mismo se ha dado en forma distorsionada, es decir egocéntrico.
Porque, si bien se da la identidad sexual, ésta no está acompañada de madurez afectiva y del compromiso consiguiente.

Pero, ¿qué deben hacer los padres ante esta problemática?

Nunca condenar y menos vincular la masturbación con culpas, temores o males físicos o psicológicos.

Proporcionar ayuda y comprensión.

Establecer una relación de confianza donde el joven pueda explicar o aclarar su dificultad.

En situaciones más conflictivas es necesario buscar el apoyo de profesionales para que ayuden al adolescente y su familia.



Como hablarlo con nuestros hijos

Mamá ¿qué significa hacer el amor?. ¿Cómo ha entrado el bebé en el estómago de Beatriz, se lo ha comido? De repente los hijos comienzan a preguntar sobre sexo y los padres quedan petrificados porque los cogen desprevenidos. Los niños son curiosos por naturaleza y cada vez más precoces. Pero en este tema no se les puede dejar que tomen la delantera: hay que comenzar la educación sexual antes de que se enteren por otros medios. De esta forma se evita que les quede una impresión equivocada de lo que es el sexo.

sábado, 3 de octubre de 2009

Cefaleas Pediátricas, parte 1



Las Cefaleas Pediátricas Recurrentes representan un problema de salud clínicamente significativo para muchos niños y jóvenes.

Cerca de un tercio de todos los adolescentes en Estados Unidos se quejan de cefaleas y estos dolores de cabeza están entre los problemas clínicos más comunes de los escolares.

Aunque las tasas de prevalencia varían, las cefaleas recurrentes actualmente se presentan en cerca del 10% de todos los preadolescentes y arriba del 15% de todos los adolescentes.

En general, la cefalea pediátrica recurrente

1.-Típicamente aparece por primera vez alrededor de los 6 – 7 años de edad,

2.-Se vuelve más prevalente con la edad,

3.-Se presenta con más frecuencia en preadolescentes varones, y
Con más frecuencia en adolescentes femeninos.

Las cefaleas pediátricas son particularmente problemáticas pues pueden resultar en la utilización excesiva de servicios médicos y pueden producir prolongadas ausencias en la escuela.

Se ha encontrado que los niños que sufren de dolor de cabeza pierden 2.5 veces más días de clases, que los que no los sufren (Abu-Arefeh & Russell, 1994). Adicionalmente, niños y jóvenes con cefaleas recurrentes tienen más riesgo de aislamiento social, deterioro académico y pérdida de habilidad para enfrentar las demandas de las clases.

De manera general, se ha encontrado que los niños con cefaleas recurrentes experimentan incapacidad en su funcionamiento escolar y social, comparable con otros niños portadores de enfermedades crónicas significativas (Powers, Patton, Hommel & Hershey, 2003).

Las cefaleas recurrentes se caracterizan por episodios de dolor repetidos, que se experimentan a lo largo de varios meses y que ocurren en ausencia de causas médicas bien definidas.

Las cefaleas recurrentes más comunes en los niños son:

La cefalea migrañosa, pulsátil, frontal, lateralizada, acompañada de fotofobia (molesta a la vista la luz intensa) y nauseas.

La cefalea tensional, pulsátil, occipital, que se irradia al cuello y a los hombros.
Los principales problemas asociados con la cefalea, se refieren a la potencial presencia de una patología orgánica. Síntomas significativos incluyen un dolor progresivamente más intenso, deterioro intelectual, cambios en la personalidad y claudicación en las funciones. Un médico debe desechar las probabilidades de causas orgánicas.

Así pues, en este modelo, las cefaleas no son indicativas de psicopatología (locura), ni éstas son causadas únicamente por eventos “estresantes” o son por la reactividad del niño.

En lugar de esto, tanto la reactividad autonómica del niño, como los estímulos que la producen, son importantes para entender, al menos en parte, la etiología de las cefaleas recurrentes (Zeltzer, Barr, McGrath & Schechter, 1992).

domingo, 27 de septiembre de 2009

¿Quienes son más difíciles?



¿Quiénes son más difíciles de criar: los niños o las niñas? Conoce las respuestas en cada aspecto de la vida...

A menudo, las madres de hijos varones dicen que la crianza del varón consume más tiempo y energía que la de tres mujeres.

Claro que las madres de niñas no están de acuerdo, ya que deben vérselas con un gusto por la moda mucho más exigente, con intereses sociales más precoces, y con una capacidad mucho mayor de sostener y prologar gritos agudos.

¿Verdad o mentira? ¿Realidad o ficción? Posiblemente un padre crea que su hijo es el más difícil del mundo, sobre todo en aquellos momentos de frustración. Pero, a decir verdad, tanto mujeres como varones son difíciles en formas diferentes.

Cada chico es un individuo, desde luego. Su personalidad innata ayuda a moldear la manera en que la vida se desarrollará.

El ambiente (que nos incluye a los padres, como proveedores) también juega un rol en todo esto. Hay diferencias en la forma que manejamos a los niños y a las niñas desde el nacimiento.

En general, somos más suaves con las niñas, y a los niños solemos arrojarlos al aire y atraparlos repetidas veces.

Pero también es cierto que el cerebro de cada género, y el crecimiento, se desarrollan con distintas velocidades, influyendo en los comportamientos.

Sin dudas, los padres tratan en forma diferente a varones y mujeres porque éstos son diferentes desde el momento que nacen. Sus cerebros, en pocas palabras, están ensamblados de distintas maneras.

Entonces, ¿podemos finalmente encontrar una respuesta al eterno debate sobre cuál sexo es más difícil de criar? Mucho dependerá de lo que estés mirando y cuándo lo estés mirando.

Disciplina

¿Por qué los chicos nunca escuchan lo que les decimos? Resulta que su capacidad de escuchar no es tan buena con la de las mujeres, y esta diferencia tiende a incrementarse a medida que pasa el tiempo.

La audición de las mujeres es más sensible en el rango de frecuencia vital para la discriminación del discurso, y los centros verbales en su cerebro se desarrollan con mayor celeridad.

Esto quiere decir que es más común que las mujeres respondan mejor a estrategias disciplinarias de tipo de recompensas o advertencias, como “no hagas esto” o “usa tus palabras”.

Los niños suelen ser más táctiles —ellos podrían necesitar que alguien los levante y los coloque en su sillita de paseo—.

Asimismo, son menos verbales y más impulsivos, lo que se hace especialmente evidente durante la primera infancia y los años preescolares.

Estas diferencias en el desarrollo contribuyen a catalogar en forma equivocada una conducta normal como problemática.

Cinco niños por cada niña son diagnosticados con alguna clase de desorden (desorden de conducta, trastorno bipolar, hiperactividad, déficit de atención, trastorno de integración sensorial, y trastorno de oposición desafiante).

Algunos chicos —con frecuencia varones— podrían simplemente estar en el límite de lo normal. Ellos necesitan más posibilidades de gastar su energía y, al mismo tiempo, una imposición de límites más severa por parte de los padres.

Conclusión:

Los niños son más difíciles en este aspecto.

Seguridad física

Todos sabemos lo difícil que es evitar que nuestra casa se convierta en una suerte de centro deportivo, donde incluso se practican deportes extremos.

Por lo general, los varones son más agresivos y adoran correr riesgos, por eso el gasto mensual de curitas suele ser superior al de una casa de chicas.


Aunque puede sonar peligroso, permitir que los chicos exploren construye el carácter, implica una mayor confianza.

Mientras que los niños necesitan un cable a tierra que los ayude a calmarse, las chicas puede que necesiten ayuda para arriesgarse un poco más.

En este sentido, aliéntala a atravesar un muro, a nadar en la parte profunda de la pileta, o a la práctica de deportes en general.


Conclusión:

Los niños son más difíciles en este aspecto.


Comunicación

Desde su nacimiento, las mujeres suelen interesarse más en los colores y las texturas, como los de un rostro humano, mientras que los niños suelen interesarse más en los movimientos, como un remolino que da vueltas.

Estas diferencias quedan en evidencia en la manera en que los chicos dibujan: las mujeres usan la mayor cantidad de colores posibles para dibujar objetos.

Por su parte, los chicos se interesan más por el movimiento y se inclinan hacia el azul, negro y plateado, y suelen colorear escenas (autos chocando o guerras).

En pocas palabras, las chicas están orientadas hacia las personas, los chicos se orientan a las acciones. Al prestar más atención a los rostros de las personas, las niñas pueden leer algunos signos no verbales, como una expresión o un tono de voz.

Los niños no sólo aprenden a hablar más tarde y cuentan con un vocabulario más limitado, sino que también tienen mayores problemas para conectar sentimientos con palabras.

Además, les cuesta mantener el contacto visual. Mientras que la mayoría de las mujeres comparten sus sentimientos y dan detalles a los eventos, los niños no ven esto como algo importante.


Aunque en los primeros años de vida las chicas parecen más sueltas en términos de comunicación, alrededor de los ocho años comienzan los problemas sobre quién está enojado con quién o qué dijo y cómo.

Lo ideal es establecer desde el principio una comunicación abierta y que de esa manera la niña sepa recurrir a su madre cuando lo necesite.


Importante: Es frecuente que los padres se asusten al ver que sus hijos varones sostienen menos el contacto ocular que las niñas, y presuman que su hijo padece autismo, ya que éste es uno de sus síntomas frecuentes.

Sin embargo, esta posibilidad suele ser desechada, y la explicación normal es que el varón tiene una menor disposición prolongar el contacto ocular.

Conclusión:

Los niños son más difíciles en un primer momento. Luego, las niñas.


Autoestima

Desarrollar una imagen propia saludable es un factor clave para todos los chicos. Pero al ser un género más social y obediente, las mujeres tienden a crecer con menos confianza y más inseguras que los niños.

Con frecuencia, las mujeres son ejercitadas desde pequeñas para halagar a otras personas.


Esta presión cultural por poner las necesidades de otros en primer lugar, ignorar los propios sentimientos intrínsecos, y evitar preguntarse qué es lo que uno quiere realmente, ha sido por demás dañina para las mujeres.

A pesar del hecho de que ellas disfrutan de la atención positiva y de los honores que conlleva el gratificar a otros, lo más posible es que su autoestima se vea perjudicada.


El instinto de madre que hay en toda mujer comienza a manifestarse desde estadios muy tempranos. En este sentido, no es extraño ver a una niña de 10 años cuidando y complaciendo a sus hermanos menores.

Desde luego, el instinto de madre y los cuidados consecuentes no tienen nada de malo. De hecho, son virtudes para todos.

Sin embargo, esto hace que muchas veces las niñas se olviden de explorar y fortalecer su naturaleza interior.


Por otra parte, la imagen corporal es una parte importante de la autoestima, y si bien existe seguramente una disfunción de la imagen corporal en hombres y niños, por lo general la cuestión está más presente en las mujeres.

La aparición de las curvas que suelen acompañar el advenimiento de la pubertad colisiona con la delgadez irreal que la adolescente ve en buena parte de las mujeres que forman parte de la sociedad.


Ten cuidado con los mensajes que das acerca de tu propio cuerpo, las dietas, y el ejercicio.

Es demasiado obvio que la imagen corporal negativa de la adolescente puede originarse al ver a su madre mirarse críticamente al espejo y quejarse. Enseña a tu hija a escuchar las señales de hambre y saciedad de su cuerpo.

Las chicas que escuchan sus cuerpos suelen escuchar sus propios instintos en otras áreas. Los deportes son un recurso excelente para que las mujeres ganen confianza y una saludable apreciación por sus cuerpos.


Conclusión:

Las niñas son más difíciles en este aspecto.


Escuela

Los chicos y la educación moderna no suelen llevarse del todo bien. Un día dentro de cuatro paredes y un énfasis prematuro en el aprendizaje teórico y visual supone mucho de un grupo que llega a la escuela en un grado de madurez menor.

En los primeros años, la mayoría de los chicos suelen ir detrás de las chicas a la hora de desarrollar la atención, el autocontrol, y el lenguaje.


La disminución de la edad en la currícula de los jardines de infantes no ha tenido en cuenta que el cerebro se desarrolla en secuencias diferentes en mujeres y varones.

La música, las manualidades con arcilla, la pintura con manos, y los ejercicios físicos —actividades que en otro tiempo ayudaban a los chicos a aclimatarse a la escuela— están desapareciendo.

Asimismo, pocos maestros están entrenados en forma adecuada para lidiar con los problemas resultantes.


Un área en la que las mujeres van detrás de los varones es en el aprendizaje espacial, como puede ser la geometría.

Las mujeres pueden usar distintas partes de su cerebro para procesar las percepciones espaciales.

En consecuencia, padres y maestros deben presentar oportunidades iguales —carentes de toda forma de presión— a ambos sexos para superar aquellas tareas que les resultan desafiantes.


Conclusión:

Generalmente, los niños son más difíciles en este aspecto.


Conclusión

Finalmente, podemos decir que el consenso general señala que los niños son más problemáticos en un primer momento, y que la mujer comienza a ser más problemática a partir del inicio de la preadolescencia.