domingo, 13 de septiembre de 2009
MAS ACERCA DE LA DISCIPLINA, PARTE 1
Disciplina, Límites y Planeación
¿Qué es la disciplina?
Disciplina es una característica que se refiere a ser constante en nuestras actividades, responsabilizarnos de los compromisos que tenemos, aceptar y cumplir las reglas en nuestra familia, trabajo y sociedad.
¿Por qué es importante la disciplina?
Cuando una persona es disciplinada:
- Le es fácil cumplir con lo que se propone.
- Es constante y tiene mayor probabilidad de lograr lo que desea.
- Termina las cosas que empieza.
- Puede organizar sus actividades hacia una meta.
- No se da por vencido fácilmente.
- Sabe que para lograr algo, es necesario esforzarse y trabajar con ello.
- Es una persona con más posibilidades éxito y desarrollo personal.
¿Los (as) niños (as) disciplinados (as) son hijos (as) de padres y madres que castigan con frecuencia?
No. Ésta es una idea que se tiene, porque antes se educaba a los (as) hijos (as) usando principalmente los castigos para imponer lo que debía hacer. Son varios factores los que forman la disciplina de un (a) niño (a) y no sólo se establece por medio de castigos. Los (as) niños (as) disciplinados (as) son generalmente hijos (as) de madres y padres que señalan claramente los límites y exigen su cumplimiento, favorecen la autosuficiencia y promueven la creatividad y toma de decisiones.
¿Cómo se pueden resumir los puntos clave para enseñar a niños y niñas a ser disciplinados?
Debemos considerar los siguientes pasos:
- Conocer al niño o la niña y saber qué podemos esperar de él (ella) a cada edad… y qué espera él (ella) de nosotros (as).
Ejemplo: Saber cómo reacciones ante ciertas situaciones, qué le gusta y qué no le gusta, qué lo entristece, qué lo hace enojar, cuánto se nos acerca y en qué momento, qué tanto nos dice como se siente.
- No esperar y exigir conductas que no correspondan a su edad y asignar sólo tareas que realmente pueda hacer a esa edad. Por ejemplo: No pedirle que haga algo sin explicarle poco a poco cómo lo puede hacer y confirmar que entendió: "¿Puedes explicarme ahora tú cómo lo vas a hacer?".
- Definir claramente las reglas familiares, o sea que padres y madres discutan lo que se permite o no en la casa y los valores que se consideren importantes en la familia. Comunicar claramente lo que se espera. Por ejemplo: "Cada quien hace su cama". "Nunca abras los cajones de las demás personas". Todos somos amigos y podemos platicar con confianza lo que pasa.
- Ser constantes en la formación de hábitos estableciendo rutinas que poco a poco el niño o niña realice sin supervisión. Disminuir gradualmente la ayuda que se le da para bañarse, vestirse o comer.
- Permitir que el (la) niño (a) experimente hasta donde sea posible (sin que se perjudique su salud o seguridad), las consecuencias de su conducta para sí mismo (a), en vez de castigar. Por ejemplo: dejarlo (a) que camine solo (a) aunque se caiga, que haga la tarea aunque no le salga perfecta.
- Comunicarle a la niña o al niño con claridad qué conductas son inadecuadas. Por ejemplo: "No le debes pegar a tu hermano". "No grites". Y cuáles adecuadas: "Di gracias". "Siéntate derecha".
- Establecer límites siendo firmes. Por ejemplo: "Sólo puedes ver un programa de televisión al día cuando hayas terminado la tarea".
- Ofrecer alternativas de conductas adecuadas. Por ejemplo: "No grites, cuando me quieras decir algo cuenta hasta diez y luego me lo dices".
- Elogiar el comportamiento positivo. Por ejemplo: "¡Qué bien ordenaste tu cajón!", "¡Qué bonita carta escribiste!".
- Promover una comunicación familiar clara y abierta. Por ejemplo: "Hoy en la noche cenamos juntos y platicamos sobre qué vamos a hacer el fin de semana", en ves de "Yo decido qué se hace el fin de semana"; "quiero decirte por qué me enojé contigo", en vez de "quítate, no te quiero ver".
Bibliografía
Givaudan, Martha/ Pick, Susan.
Yo papá, yo mamá. Grupo Editorial Planeta, México, 1995.
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