domingo, 28 de marzo de 2010
COMO REDUCIR UNA CONDUCTA, PARTE 2
6.- De igual forma puede aplicar la técnica de costo por respuesta esta consiste cobrarle de alguna manera al niño cuando presenta la conducta inapropiada. El aplicar esta técnica asegúrese de que el estímulo que se le retirará al menor es importante para él. Proporcione información acerca de lo que deberá hacer el niño, por ejemplo: ¡Dejen de pelearse! ¡No hagan ruido! Advierta la consecuencia de seguir ejecutando la conducta, “Si continuas haciendo ruido con los botes voy a tener que quitártelos”, si no cumple la segunda orden retírele el estímulo positivo presente. Hágalo con clama no lo arrebate ni demuestre coraje, simplemente indique la razón por la que se le quito. “Ya que sigues haciendo ruido, te quitaré los botes”. Ignore cualquier reacción del niño que tenga como consecuencia del retiro; por ejemplo, llorar, pedir perdón, discutir, etc.
7.- Existen otras dos técnicas adicionales, en la primera lo que se debe hacer es pedir al niño que repare lo que haya dañado en la segunda además se le enseña la forma de ejecutar la conducta apropiada.
8.- Un padre también puede crear una economía de fichas, en este caso lo que tendría que hacer es colocar una lista con las actividades que el niño debe realizar y los puntos que gana con cada actividad y otra lista en donde se incluye el costo de cada uno de los estímulos gratificantes. Se establece una hora en la que se revisan los avances y se otorga un valor mayor a las actividades que menos le agradan al niño y a los estímulos mas gratificantes. El objetivo final de esta técnica debe ser que después de cierto tiempo el niño ejecute todas sus tareas, en ese momento puede tener acceso a todos los privilegios sin necesidad de utilizar el sistema de puntos, a condición de que continué cumpliendo con su deberes.
9.- Una técnica mas consiste en presenta un estímulo aversivo cuando el niño ejecuta la conducta inapropiada, por ejemplo se grita cuando el niño esta a punto de meter los dedos en el contacto de la luz. Desafortunadamente el castigo no sirve como método educativo permanente pues genera efectos emocionales y temporales además de que enseña al niño lo que no debe hacer pero no dice nada acerca de lo que debe hacer. El castigo solo es recomendable cuando el niño se esta dañando a si mismo o a otros niños y cuando ya se agotaron todas las posibilidades, Solo debe ser ocupado bajo supervisión de un profesional y siempre será mejor utilizar alguna otra técnica y prevenir el problema que utilizar el castigo.
10.- Por último hay que recordar que siempre que se intenta modificar la conducta de un niño nos debemos preguntar ¿Para qué le sirve al niño que su conducta cambie? ¿ El cambio que deseamos es para beneficio del niño o simplemente queremos tener menos trabajo?
FUENTE: Aguilar Morales, J. E. (2006) Como reducir una conducta. México: Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C.
viernes, 26 de febrero de 2010
IDENTIFICACIÓN DE LOS NIÑOS CON TALENTO
Los padres siempre tendrán la oportunidad de observar el comportamiento de sus hijos en una amplia variedad de condiciones.
Ellos son quienes conocen perfectamente bien sus intereses y sus logros, sus respuestas objetivas, la narración descriptiva de sus anécdotas, las descripciones vívidas de sus comportamientos, lo cual resulta de una enorme ayuda para predecir su potencial; los padres serán siempre los más acertados para saber si su niño es precoz intelectualmente o de otra forma.
Por ejemplo:
- ¿Tu niño elabora rompecabezas de unas veinte piezas fácilmente al año y medio?
- ¿ A los 2 ½ maneja bien rompecabezas por su forma y no por su figura ?
-¿Tu niño de tres años usa la palabra "porqué" para conectar sus ideas, aunque confunde el significado de la misma palabra?
Ellos dicen: "Es otoño, porque pronto será invierno, porque en invierno hace frío, porque me pongo mi abrigo, porque necesito estar caliente, porque si no, me enfermo".
-¿Tu niño a los cinco años reconoce y nombra números de 2 dígitos, y únicamente pierde la pista cuando llega a números de 100?
Los programas de intervención temprana para los niños avanzados en edad preescolar sirven para varios propósitos, ya sea para dar guía acerca de la planeación que deben de seguir los padres o bien para proveer educación en un ambiente mucho más nutrido, especialmente requerido por estos niños.
En estos lugares a su vez, se incluirán foros para compartir preocupaciones, dudas y referencias asociadas a los niños y a las diferencias que puedan surgir con los demás niños.
Algunas veces, los padres manifiestan cierta ambivalencia y sentimientos encontrados; por un lado se sienten orgullosos de los múltiples y asombrosos logros de sus pequeños, pero por otro existe gran preocupación en ellos por poder cumplir con las necesidades especiales de educación de sus hijos y se encuentran frecuentemente inconformes con las opciones existentes.
A los padres de estos niños no les gusta la exhibición pública de la precocidad de sus pequeños, por ejemplo un padre nunca deseará ser visto como el que "empuja" a sus hijos a realizar logros más avanzados que los esperados por su edad, y algunas veces ellos mismos se sentirán culpables por las habilidades demostradas en sus hijos.
Algunos padres están tan determinados a detener cualquier avance extra de sus hijos que llegan a extremos como esconderles libros y herramientas, puesto que ellos mismos están convencidos de que debido a estas "habilidades" sus hijos se verán en dificultades en el colegio, al interactuar con los demás chicos diferentes a ellos.
La sugerencia para ellos es que entren en contacto con familias que tengan hijos similares y que entiendan sobre todo que esto no es un error ni que debe representar un problema; sino que se esmeren en aprender a saber planear la educación optima que les puedan brindar a sus pequeños.
La individualización de un programa de enriquecimiento será más efectiva si se cuenta con un panorama amplio de las habilidades e intereses del niño.
Los padres, muy frecuentemente mencionan que no pueden encontrar retos académicos intelectuales para los pequeños de preescolar, que los mantenga ocupados en casa de una forma divertida.
Y tradicionalmente la meta en preescolar es de ayudar a los niños a "estar listos" para la primaria, sin embargo muy frecuentemente en términos intelectuales estos niños " han estado listos" desde hace un buen tiempo.
Es por esto que un niño de tres años que puede leer un libro para un niño de 5 años y comprenderlo bien, pero que sin embargo aun no es capaz de trazar adecuadamente un rombo, no es un niño ordinario, ni tampoco lo es un niño de 2 años que no se encuentra entrenado para ir al baño pero que sabe restar y sumar adecuadamente.
La clave del éxito estará siempre en que las experiencias del aprendizaje recaigan en un encuentro óptimo entre el nivel de las capacidades y el material que se le presenta.
Este material debe de ser lo suficientemente difícil para que le represente un reto pero no tan difícil como para que no sea capaz de relacionarlo a un aprendizaje previo.
Prevenir este encentro a la precocidad de un niño requiere siempre de una planeación individual, puesto que las capacidades se desarrollan particularmente.
Por lo anterior, un programa individual siempre debe enfocarse en las fuerzas del niño y nunca en sus debilidades o deficiencias.
Por ejemplo si un niño que lee, pero que aún no escribe no se le debe centrar únicamente en enseñarle a escribir, sino que al mismo tiempo se le debe de potencializar la fuerza de la lectura.
Proveer retos a las fuerzas intelectuales de los niños sobresalientes enfatizará el desarrollo de sus capacidades grandes o pequeñas. El mismo programa pone un alto énfasis en el desarrollo de las habilidades sociales, en muchos casos las habilidades intelectuales de los niños crecen mucho más aprisa que sus niveles de madurez social, crean una brecha SOCIAL- INTELECTUAL, la mayoría de las personas se incomodan cuando un niño no cumple con las expectativas sociales requeridas para su propio nivel intelectual.
Esta carencia en su nivel de habilidades puede resultar especialmente difícil sobre todo en niños muy pequeños quienes deben cooperar en todo para socializar, ellos no podrán interactuar con niños mayores quienes deberían ser sus compañeros intelectuales.
Al revés, ellos deben convivir con niños de su misma edad, de otra forma siempre serán los más jóvenes y en todo momento requerirán como todos los demás de un gran repertorio de habilidades sociales, tales como una fuerte autoestima y un conocimiento real de lo que su avance intelectual significa y no significa.
Por lo anterior, será necesario elaborar un proyecto individual en donde se identifiquen sus fuerzas y debilidades de acuerdo a los diferentes patrones, de manera que se logre un encuentro acorde entre la experiencia en el aprendizaje y el nivel de competencia que un niño con aptitudes sobresalientes es capaz de desarrollar.
jueves, 18 de febrero de 2010
CÓMO REDUCIR UNA CONDUCTA, PARTE 1
1.- Padres y maestros han aprendido que el castigo es una estrategia no recomendada como método educativo y afortunadamente han dejado de utilizarlo, sin embargo, ahora muchos de ellos no saben que hacer cuando una conducta problemática aparece, en esta lectura abordaremos algunas estrategias para manejar estos casos.
2.- Para disminuir una conducta problemática existen diferentes estrategias, la primera que debe ser utilizada y en todos los casos es el premiar o reforzar una respuesta incompatible a la conducta problema, es decir para eliminar una conducta se refuerza una conducta contraria a la que se quiere eliminar. Si se desea que el niño ya no se mueva constantemente de un lado a otro tendrá que enseñarle a realizar actividades que requieran dedicarle un tiempo considerable.
3.- La siguiente estrategia consiste en suspender la atención que esta recibiendo la conducta inapropiada. Por ejemplo: Cuando el niño presente un comportamiento inadecuado no conteste a la conducta con regaños, insultos, exhortaciones o cualquier otro tipo de comportamiento en el que se trate de convencer al niño de que deje de emitir una conducta, no le grite ni hable con él durante el tiempo que el niño emita la conducta, no le ofrezca algún premio para que se calle. Si el padre puede controlar su propia conducta puede permanecer en la habitación en caso contrario deberá salir de la habitación. Finalmente cuando el niño emita la conducta debe asegurarse de fijar la mirada hacia otro lugar.
4.- Una tercera técnica útil para decrementar una conducta consiste en separar al niño de la situación en que se presentó la conducta inapropiada. Seleccione un área bien iluminada, ventilada y aislada de la situación donde el niño presenta la conducta problemática. Debe ser un lugar que aburra al niño no que lo asuste. Debe ser también un área que no sea peligrosa y en la que no exista nada que distraiga al niño. Tenga a la mano un reloj para contar el tiempo que el niño permanecerá en el lugar seleccionado. Indique al niño que deje de emitir la conducta problemática, debe realizarse con voz firme y segura pero no enojada. Si el niño no suspende la actividad entonces indíquele que por haber realizado cierta conducta deberá permanecer en el lugar seleccionado cierto tiempo. Por ejemplo: “Por haber golpeado a tu hermano deberás estar en tu cuarto 10 minutos”.Si el niño no se dirige al lugar seleccionado entonces tómelo del brazo y llévelo al lugar indicado, ignore todos los comportamientos que presente en ese momento. Si el niño destruye algo en el lugar seleccionado o continua con el berrinche al terminar el tiempo indicado deberá permanecer otro periodo de igual duración. Se considera un minuto por cada año de vida. No se recomienda que el niño permanezca mas de 45 minutos en aislamiento, si esto sucede es muy probable que la técnica no este funcionando y se deba elegir otra. No olvide reforzar o premiar las conductas incompatibles apropiadas
5.- La cuarta técnica es la saciedad en esta técnica se pide que el niño ejecute la conducta hasta que pierda su valor. Lleve al niño a un lugar aislado en donde no haya objetos que puedan provocar algún tipo de accidente tales como tanque de gas o madera. Seleccione diariamente una hora fija para llevar a cabo la conducta, así como la duración de esta, por ejemplo 2 periodos de 30 minutos cada uno. Pida al niño que ejecute la conducta durante el tiempo establecido, en caso de que diga que ya no lo desea indíquele que deberá ejecutar la conducta hasta que termine el tiempo asignado para esta actividad, por ejemplo pida al niño jugar con los cerillos hasta que termine el periodo. Durante este tiempo no se hablará con el niño a menos que se le tengan que dar instrucciones para que continué o se apure. Se debe ignorar cualquier otro comportamiento negativo emitido por el niño en esos momentos tales como discutir, pedir perdón, insultar, etc. Las sesiones concluyen hasta que termine el periodo fijado previamente.
FUENTE: Aguilar Morales, J. E. (2006) Como reducir una conducta. México: Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C.
viernes, 5 de febrero de 2010
martes, 26 de enero de 2010
CRISIS DE IDENTIDAD EN LA ADOLESCENCIA
La mayoría de los flamantes adolescentes sufren, porque ven que la naturaleza, los desaloja de su cuerpo de niños sin aviso y el mundo de los adultos está aún ajeno y lejano. Se sienten envueltos en una serie de cambios que el crecimiento les genera en lo físico, que a su vez les produce un intenso desajuste psicológico, definido por crisis de identidad y por sentimientos de ambivalencia. Se preguntan ¿quién soy? y ¿qué soy?. Y sienten la dualidad de desear y temer a la vez cuestiones fundamentales para su vida como la emancipación y la sexualidad.
Esta transición en la antigüedad era recibida con celebraciones y ritos. El paso del tiempo fue erosionando estas costumbres. Sin embargo, esta crisis vital sigue empeñándose tozudamente en provocar enormes problemas en los “ex-niños”, que sienten confusión, resistencia y miedos, y como resultado nos encontramos frente a cambios de conducta. Los padres también se sienten influidos por esta fase que atraviesan sus hijos. Las pulsiones sexuales nacientes y las conductas contradictorias que presentan; despiertan desorientación en la crianza.
Los padres se cuestionan y oscilan entre la angustia y la indulgencia. El estado de adolescencia se prolonga según las proyecciones que los jóvenes reciben de los adultos y según lo que la sociedad les impone como límite de exploración.
Los jóvenes sienten que algo les está sucediendo, incómodos y preocupados, sienten intriga y miedo por los impulsos sobre todo en el plano sexual, el cuerpo puede parecerles prestado, que no está hecho a medida, se enamoran de sí mismos y al mismo tiempo no se cuidan al vestirse o asearse. Niegan su nuevo aspecto, tratan de hacer como si no existiera. A pesar de la información todo ello puede espantarlos.
Otra de las cuestiones que descolocan a los jóvenes es que se espera de ellos actitudes de adulto. Esto los obliga a dejar de refugiarse en su rol de chico y por eso deben reacomodarse. Les fastidia su nuevo aspecto, pero quisieran volver a su antiguo rol. Esta muda afecta a los jóvenes según su carácter y educación.
Es frecuente que los jóvenes no puedan verbalizar sus temores, muchos tienden a aislarse otros desarrollan síntomas, y si estos miedos no son tomados a tiempo, pueden generar angustia, ansiedad y depresiones que paralizan y a veces se transforman en conflictos que arrastrarán de por vida.
Los padres dejan de ser los valores de referencia. Los jóvenes se sienten vulnerables, son sumamente sensibles a las miradas y palabras de los que los rodean y que les concierne, más allá de su familia.
En este momento de extrema fragilidad, lo que viene de dentro y fuera de sus familias puede favorecer la expansión y la confianza en sí mismos, al igual que el valor para superar impotencias, o por el contrario puede estimular el desaliento y la frustración.
Se defienden contra los demás mediante la depresión o por medio de un estado de negativismo que agrava aún más su debilidad. Muchos jóvenes ejecutan actos de agresión gratuitos. En estas “crisis de identidad”, los jóvenes se oponen a las leyes, porque les ha parecido que alguien que representa la ley no les permite ser ni vivir.
El hecho trascendental que marca la ruptura con el estado de infancia es la posibilidad de disociar la vida imaginaria de la realidad; el sueño de las relaciones reales. Al llegar a la adolescencia es cuando este mundo imaginario exterior le provocará la necesidad de salir, y dejar la familia y mezclarse con grupos constituidos, que para él tendrán momentáneamente un papel de sostén extrafamiliar.
No puede abandonar completamente los modelos del medio familiar sin antes disponer de modelos de relevo. Pero se carece de ritos de paso dónde los adultos decreten, no tienen puntos de referencia claros proporcionados por la sociedad, que les permitan superar los riesgos, dado que sólo se les espera en la otra orilla, por lo tanto en la actualidad hay cada vez más adolescentes desesperados que huyen al mundo imaginario de la droga y el alcohol.
El tiempo del adolescente aparece constantemente salpicado de alegrías inmensas y de penas tan repentinas como pasajeras. Sufre y goza, y su humor oscila continuamente entre la depresión y la exaltación.
Ningún joven atraviesa la adolescencia sin tener ideas sobre la muerte, y de que es preciso que supere a un modo las relaciones infantiles. Él vive en forma metafórica el fantasma del suicidio y de que hay que pensar en acceder a otro nivel.
Existe en la adolescencia la creencia en la amistad esto les hace la vida más soportable, tal vez los que no han encontrado estas amistades son los que están más a la deriva. Hay sentimientos que existen desde la infancia, por ejemplo falta de confianza y en la adolescencia se hacen más fuertes.
Si no encuentra otra motivación más que la fe en sí mismo, si los amigos lo traicionan, queda desposeído, y es en este punto de desasosiego, soledad y abandono, donde no hay relaciones personalizadas, buscan un grupo de militancia activa, o tal vez pasivo que se reúna para escuchar música, fumar, beber o drogarse juntos para obtener algún modo de satisfacción.
Hay muchas razones por las que los jóvenes pueden zozobrar... los duelos que deben atravesar en esta crisis vital.
Los padres pierden el lugar absoluto que se les asignaba en otro momento. Las relaciones con el grupo de pares, la falta de una actividad laboral adecuada, un trabajo a través del cual podrían recuperar la confianza en sí mismos, lo cual puede ser una promesa de futura liberación, cuando esto ya no es posible los jóvenes se ven arrastrados a medios ilícitos de ganar dinero y obtener placer.
Esta crisis inquieta a los jóvenes, ya que implica ruptura, en muchos casos tratarán de ocultarla porque remite a angustias muy primitivas. Se vuelve imperioso aliviar el sufrimiento y la desolación de forma inmediata. Los jóvenes necesitan suturar una herida abierta que los desgarra, son capaces de dar la vida y la dan. Así comienzan las adicciones.
El recurso de los tóxicos y en primer lugar el alcohol, es una de las vías de escape ... Los tóxicos a los cuales los jóvenes se hacen adictos representan una señal de alarma, en este período crítico. El entorno familiar no debería favorecer estas conductas.
Lo que se busca es la solución a los problemas graves de identidad. Es el esfuerzo de integración, a todo precio, al mundo de los adultos, ser como todo el mundo ya que no se puede ser uno mismo.
Padres e hijos se desorientan frente a este momento vital, por diferentes motivos ... Los hijos buscan independencia, los padres sienten que sus hijos crecen y esto los lleva a un duelo, y en medio de todos estos cambios es necesario seguir sosteniéndolos, acompañándolos y ayudándolos en este crecimiento ...
Tomado de: Catholic.net/Silvia Nieto
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