sábado, 31 de octubre de 2009

La importancia de la lectura



El habito de la lectura es un gran estímulo a la creatividad, imaginación, inteligencia y a la capacidad verbal y de concentración de los niños. Entonces, los libros deberían estar presentes cada día del mismo modo que sus juguetes.

Debe saber que el libro es una gran ventana a la formación en todos los sentidos. Lo importante es tener claro que los libros son importantes, pero el acto de leer, si posible todos los días, es lo que llevará a su hijo a este rincón tan exquisito que es la aventura del saber, del conocer y descubrir. Además, si los padres comparten el momento de lectura de un libro con los hijos estarán estableciendo un lazo especial entre ambas partes.

El interés por la lectura se debe inculcar a un bebé desde la cuna y tratar, con persistencia y dedicación, que se convierta en un hábito. Es fundamental para los niños que aprendan a buscar conocimientos mediante la lectura desde la más temprana edad. Los niños deben oír historias lo antes posible. Se recomienda además que lo hagan con disciplina, es decir, teniendo preconcebida una hora al día para hacerlo. Podría ser a la hora de dormir, o después de comer, y lejos de cualquier distracción.

jueves, 22 de octubre de 2009

La masturbación, Parte 1



¿Es normal que los niños se masturben?

Dicen algunos expertos que la masturbación se presenta durante las distintas etapas y recibe diversos nombres:

Masturbación primera, durante el primer año de vida.

Masturbación segunda, entre los tres y cinco años (etapa fálica). Se presenta cuando el bebé descubre su zona erógena, la explora y experimenta placer en su toqueteo.
Masturbación tercera, especialmente entre los siete y los nueve años; se da en el momento del antagonismo sexual, del encierro grupal, de la experimentación en grupos.

Masturbación puberal.

Masturbación adolescente, juvenil, adulta.
a. Masturbación primera y segunda:

Son los movimientos o frotaciones rítmicas que hace el bebé para conseguir placer. La masturbación en el bebé lo introduce en el secreto que rodea el ámbito del sexo. Hay, entonces, una noción de intimidad, de soledad, de reserva que se refiere al placer sexual y que lo coloca un poco aparte del resto de las otras relaciones.

Algunas madres tienen dificultades en admitirla y reaccionan fuertemente con prohibiciones que pueden llegar a ser contraproducentes.

Las masturbaciones propias de la infancia son más de necesidad fisiológica, no se acompañan con fantasías y aparecen como algo tan imperativo como puede ser rascarse. Además, tienen un carácter eminentemente auto exploratorio, pues, permiten conocer el cuerpo, los órganos y las zonas erógenas. Así como el niño descubrió el pie, o cualquier otra parte del cuerpo, también descubre el placer de sus órganos genitales. Dura tanto cuanto sea necesario para satisfacer la curiosidad y la necesidad de placer infantil, aunque generalmente es por poco tiempo. En ausencia de eyaculación y sin que haya secreción, las masturbaciones en el bebé o en el niño, pueden conducir al orgasmo.

Ante este tipo de masturbación los padres deberán tener en cuenta:

El cuidado y la higiene de los órganos del bebé; el daño que puedan sufrir, pues suelen lastimarse con frecuencia.

La distracción para que el niño no quede “fijado” por exceso de gratificación. La orientación hacia otros objetos se debe hacer para mostrar otras áreas, nunca por temor y menos por represión. Jamás esta orientación hacia nuevas áreas estará ligada a castigos o agresiones, pues sería muy perjudicial.

b. Masturbación tercera

La masturbación tercera, o de la niñez, está muy conectada a los juegos sexuales de los niños, que sirven para reafirmar los roles masculinos o femeninos. Muchas veces están llenos de picardía y humor; responden a la inseguridad y curiosidad de ese momento. Esta masturbación, muy ligada al grupo, es transitoria y frecuente, especialmente en los varones.

Generalmente, las niñas no presentan este tipo de masturbación, ya que la mujer no siente la genitalidad de una forma tan concreta como el hombre; al carecer de erección, no suelen referir intensamente los estímulos sexuales a la zona genital.

Aquí los padres deberán evaluar si esta masturbación está ligada a iniciaciones sexuales realizadas por adultos o adolescentes en un clima destructivo y dañino, especialmente cuando existe promiscuidad sexual. Pues en este contexto, la sexualidad se estructurará de una manera negativa.


Masturbación puberal

En la pubertad se da un rebrote de la masturbación, unida por lo general a toda la explosión hormonal del crecimiento. Se dan las circunstancias favorecedoras para híper sensibilizar las sensaciones de los órganos sexuales. Con el crecimiento de los genitales externos, aparecen las primeras poluciones nocturnas en el varón, (eyaculaciones probablemente ligadas a sueños eróticos). El líquido que expulsa inicialmente no contiene espermatozoides, porque aún no han madurado sus glándulas internas. El equivalente en la mujer es el aumento de la lubricación vaginal donde la adolescente siente de forma clara su genitalidad.

Hasta aquí, en poco se diferencia de la masturbación infantil, la cual también puede considerarse de carácter reflejo. En cuanto a la relación entre la masturbación y la vida sexual ulterior, particularmente en la niña (prevalencia o no del placer clitoriano sobre el placer vaginal) su comprensión no pasa por la masturbación. Ya ha quedado fijado en el inconsciente durante los primeros años de la infancia.

Las características de la masturbación en esta etapa son las siguientes:

Es un medio de conservar un vínculo con la infancia y experimentar un sentimiento de pertenencia con respecto a sus partes genitales. Inicialmente, es auto exploratoria, de experimentación de los órganos que crecen. El púber necesita redescubrir su cuerpo, sus órganos, su esquema corporal, pues todo ha cambiado. Es por ello que se da un aumento de la frecuencia.

Se presenta de una manera mucho más concentrada en los órganos genitales, como una manipulación rítmica de sus partes, que conducirá a lograr eyaculaciones en el varón y secreciones vaginales en la niña.

Va acompañada de representaciones mentales conscientes, de fantasías o imágenes eróticas hetero u homosexuales y, generalmente, extrafamiliares.

Constituye un medio de asumir su cuerpo de una forma narcisista. Algunas masturbaciones a esta edad pueden tener lugar frente al espejo, siendo el objeto erótico, entonces, el mismo sujeto.

Puede servir como escape temporal de la tensión. Pero también puede convertirse en fácil reemplazo del esfuerzo y la exploración; de la posibilidad de interactuar con otras personas; un consuelo demasiado rápido para la decepción y la derrota.
¿Cuál debe ser el papel de los padres?

Tratar de hablar de esto antes de la adolescencia, durante el período llamado de latencia. Es preciso aquí iniciar al niño en las nociones de deseo y de placer; de la relación entre sexo y amor; del papel que desempeña el sexo en la procreación.
Si el adolescente es sorprendido masturbándose, no se debe manifestar en el momento actitudes represivas. Hay que encontrar después (aunque no mucho después), un tiempo para dialogar. No hay nada más culpabilizador que el silencio. Es necesario poder encontrar un tono apropiado, que no caiga ni en la represión, ni en la complacencia.
Iniciar a los hijos en el concepto de autocontrol de los impulsos, y en especial los impulsos sexuales.

Masturbación patológica

En realidad, a los padres no les debería preocupar las masturbaciones del adolescente, especialmente durante el período de la pubertad, por ser un fenómeno natural, que forma parte del proceso de evolución tanto síquica como física, y en general de la explosión hormonal de esa etapa. De la actitud represiva y poco comprensiva que puedan tener los padres se derivan muchos de los problemas que convierten al fenómeno de la masturbación en un problema ya de tipo patológico.

Pero sí deberían inquietarse por aquellas masturbaciones que perduran más allá de los primeros períodos de la pubertad y donde el púber o adolescente queda encerrado en sí mismo, lleno de temor para abandonar su casa, para salir de sí. Aquellas masturbaciones que son compulsivas, irreprimibles, bastante frecuentes y eventualmente explícitas, e incluso hasta provocadoras y exhibicionistas.

Una masturbación de este tipo es apenas el síntoma de problemas más complejos y puede cumplir múltiples funciones:

Apacigua la soledad y el asilamiento; es fórmula de sustitución para otras gratificaciones que el joven no obtiene; produce descarga de tensiones o conflictos.
Es un intento de evasión del mundo circundante, estimado como negativo.
Es síntoma de auto encierro y de ensimismamiento.
Es síntoma de estancamiento. Incluso produce una sensación de regresión e infantilismo. De temor a crecer, de abrirse a la comunidad adolescente, a los grupos, a la pareja o la relación heterosexual.
Imposibilidad de dar el salto a la alteridad sexual, por diversos motivos:

Porque no se ha logrado la identidad sexual y, por lo tanto, tampoco ha logrado desarrollar un adecuado amor a sí mismo.

Porque ese amor a sí mismo se ha dado en forma distorsionada, es decir egocéntrico.
Porque, si bien se da la identidad sexual, ésta no está acompañada de madurez afectiva y del compromiso consiguiente.

Pero, ¿qué deben hacer los padres ante esta problemática?

Nunca condenar y menos vincular la masturbación con culpas, temores o males físicos o psicológicos.

Proporcionar ayuda y comprensión.

Establecer una relación de confianza donde el joven pueda explicar o aclarar su dificultad.

En situaciones más conflictivas es necesario buscar el apoyo de profesionales para que ayuden al adolescente y su familia.



Como hablarlo con nuestros hijos

Mamá ¿qué significa hacer el amor?. ¿Cómo ha entrado el bebé en el estómago de Beatriz, se lo ha comido? De repente los hijos comienzan a preguntar sobre sexo y los padres quedan petrificados porque los cogen desprevenidos. Los niños son curiosos por naturaleza y cada vez más precoces. Pero en este tema no se les puede dejar que tomen la delantera: hay que comenzar la educación sexual antes de que se enteren por otros medios. De esta forma se evita que les quede una impresión equivocada de lo que es el sexo.

sábado, 3 de octubre de 2009

Cefaleas Pediátricas, parte 1



Las Cefaleas Pediátricas Recurrentes representan un problema de salud clínicamente significativo para muchos niños y jóvenes.

Cerca de un tercio de todos los adolescentes en Estados Unidos se quejan de cefaleas y estos dolores de cabeza están entre los problemas clínicos más comunes de los escolares.

Aunque las tasas de prevalencia varían, las cefaleas recurrentes actualmente se presentan en cerca del 10% de todos los preadolescentes y arriba del 15% de todos los adolescentes.

En general, la cefalea pediátrica recurrente

1.-Típicamente aparece por primera vez alrededor de los 6 – 7 años de edad,

2.-Se vuelve más prevalente con la edad,

3.-Se presenta con más frecuencia en preadolescentes varones, y
Con más frecuencia en adolescentes femeninos.

Las cefaleas pediátricas son particularmente problemáticas pues pueden resultar en la utilización excesiva de servicios médicos y pueden producir prolongadas ausencias en la escuela.

Se ha encontrado que los niños que sufren de dolor de cabeza pierden 2.5 veces más días de clases, que los que no los sufren (Abu-Arefeh & Russell, 1994). Adicionalmente, niños y jóvenes con cefaleas recurrentes tienen más riesgo de aislamiento social, deterioro académico y pérdida de habilidad para enfrentar las demandas de las clases.

De manera general, se ha encontrado que los niños con cefaleas recurrentes experimentan incapacidad en su funcionamiento escolar y social, comparable con otros niños portadores de enfermedades crónicas significativas (Powers, Patton, Hommel & Hershey, 2003).

Las cefaleas recurrentes se caracterizan por episodios de dolor repetidos, que se experimentan a lo largo de varios meses y que ocurren en ausencia de causas médicas bien definidas.

Las cefaleas recurrentes más comunes en los niños son:

La cefalea migrañosa, pulsátil, frontal, lateralizada, acompañada de fotofobia (molesta a la vista la luz intensa) y nauseas.

La cefalea tensional, pulsátil, occipital, que se irradia al cuello y a los hombros.
Los principales problemas asociados con la cefalea, se refieren a la potencial presencia de una patología orgánica. Síntomas significativos incluyen un dolor progresivamente más intenso, deterioro intelectual, cambios en la personalidad y claudicación en las funciones. Un médico debe desechar las probabilidades de causas orgánicas.

Así pues, en este modelo, las cefaleas no son indicativas de psicopatología (locura), ni éstas son causadas únicamente por eventos “estresantes” o son por la reactividad del niño.

En lugar de esto, tanto la reactividad autonómica del niño, como los estímulos que la producen, son importantes para entender, al menos en parte, la etiología de las cefaleas recurrentes (Zeltzer, Barr, McGrath & Schechter, 1992).